The Elder Scrolls Online mantiene vivo a Tamriel mientras los fans siguen esperando Elder Scrolls 6
Han pasado casi 14 años desde que The Elder Scrolls V: Skyrim salió al mercado, un juego que se convirtió en fenómeno cultural y en chiste recurrente por sus infinitas reediciones en todas las plataformas imaginables. Pero a pesar de la longevidad de Skyrim, los seguidores llevan años pidiendo una experiencia realmente nueva. The Elder Scrolls VI fue anunciado en 2018 con un teaser brevísimo y desde entonces la información ha sido mínima. Muchos estiman que no veremos su lanzamiento antes de 2028, lo que supondría un hueco histórico de 17 años entre entregas principales. Mientras tanto, miles de jugadores han encontrado refugio en The Elder Scrolls Online (ESO) para seguir respirando el aire de Tamriel.
ESO debutó en 2014 con tropiezos, pero con el tiempo logró consolidarse como uno de los MMO más estables de la industria. Once años después, el título sigue activo, con expansiones, eventos y actualizaciones constantes. Ha sobrevivido a recortes de personal, a los cambios de Bethesda tras la compra por Microsoft e incluso a rotaciones de liderazgo. Los responsables del proyecto hablan ya de mantenerlo vivo por otras dos décadas, con planes de rediseños importantes para garantizar su futuro.
En la gamescom 2025, Nick Giacomini (director del juego) y Rich Lambert (director del estudio) explicaron a IGN que para muchos fans, ESO se ha convertido en un sustituto del RPG para un solo jugador. “Lo escuchamos muchísimo”, comentó Lambert. “Para muchos, este es su Elder Scrolls. Entran, juegan la historia en solitario, exploran el mundo y lo viven como si fuera un single-player, aunque haya otros personajes alrededor.”
Ese cambio de rumbo fue determinante. En su lanzamiento, ESO intentaba equilibrar mecánicas de MMO con elementos típicos de Elder Scrolls y no convencía del todo a nadie. Con el tiempo, la filosofía cambió: primero Elder Scrolls, después MMO. El resultado fue un juego más acogedor para quienes prefieren la experiencia solitaria. Con los años se sumaron sistemas opcionales como PvP, housing y hasta un juego de cartas, pero la base sigue siendo la misma: libertad para jugar a tu manera.
El lanzamiento de Oblivion Remastered en 2025 mostró un fenómeno curioso. Al inicio, los números de ESO bajaron porque la gente volvió al clásico de 2006. Sin embargo, tras acabarlo, muchos regresaron al MMO buscando más contenido en Tamriel. “Esperábamos un bajón prolongado, pero en realidad después repuntó”, reconoció Lambert. Giacomini añadió: “Fue emocionante ver volver a tantos veteranos y también a nuevos jugadores, y la tendencia se mantuvo durante bastante tiempo.”
ESO no se libra de críticas. Algunos se quejan de que el combate es demasiado fácil o repetitivo, y de que el escalado de niveles hace que todos los enfrentamientos se sientan iguales. Otros señalan la falta de variedad en builds y la necesidad de recurrir al “weaving” para optimizar daño. También hay quienes desearían que ESO se pareciera más a Skyrim, con progresión lenta y grind clásico. Aun así, el título se mantiene como una de las MMOs más longevas y ofrece a los jugadores un Tamriel vivo que evoluciona constantemente.
El gran ausente sigue siendo The Elder Scrolls VI. Bethesda confirmó que entró en etapa de desarrollo temprano en 2023, con builds experimentales apareciendo en 2024. Pero desde entonces casi no hay novedades. Incluso Todd Howard admitió que el parón ha sido mucho más largo de lo planeado. Se especula que apostó por una visión demasiado ambiciosa y decidió esperar a que la tecnología alcanzara sus ideas, alargando innecesariamente el proceso. Como dicen muchos fans: “Él mismo se buscó este problema al anunciar TES6 tan pronto.”
Hasta que llegue ese día, ESO es el puente que mantiene encendida la llama. Para unos es casi un RPG para un solo jugador con funciones online opcionales; para otros, una MMO completa con gremios y raids. Sea como sea, Elder Scrolls Online sigue siendo el espacio donde Tamriel respira, mientras el futuro de la saga todavía se dibuja en el horizonte.