Tras la cancelación de Project Blackbird en ZeniMax Online, un pequeño grupo de menos de diez desarrolladores decidió transformar la frustración en una nueva oportunidad. Así nació Sackbird Studios, un estudio independiente con sede en Baltimore, fundado por veteranos decididos a recuperar el control creativo y escapar de las limitaciones del desarrollo corporativo.
El director ejecutivo Lee Ridout explicó que el cierre de Blackbird fue el punto de inflexión: “Ver cómo compañeros perdían su trabajo fue un golpe duro.
Nos dimos cuenta de que la única forma de proteger nuestra pasión era crear un espacio donde la independencia creativa no se negocie. Queríamos un lugar donde los desarrolladores tengan voz, no solo instrucciones.”
El director de operaciones David Worley añadió: “Después de tantos años en la industria AAA, queríamos libertad real. Nada de esperar luz verde ni de perseguir metas trimestrales. Sackbird es completamente propiedad de sus empleados y se financia por sí misma, lo que significa que solo respondemos ante los que aman hacer juegos.”
El equipo ya trabaja en su primer proyecto original para PC y consolas, aunque aún no han revelado detalles. En LinkedIn adelantaron que su objetivo es crear “experiencias multijugador inolvidables que sorprendan y emocionen a los jugadores”. Con su experiencia en The Elder Scrolls Online, no sería extraño esperar algo ambicioso, tal vez cooperativo y con un fuerte componente narrativo.
En una época marcada por despidos masivos y decisiones dictadas por accionistas, Sackbird Studios representa un pequeño acto de rebeldía. Un grupo de desarrolladores que ha vivido las luces y sombras del sector y que ahora decide construir algo propio. Quizás ahí resida el verdadero espíritu del videojuego independiente.