Los chips de inteligencia artificial H20 de NVIDIA, que prometían marcar un antes y un después en las relaciones tecnológicas entre EE. 
UU. y China, están atrapados en un embrollo burocrático sin precedentes. Aunque el gobierno estadounidense levantó la prohibición de exportación, el proceso para obtener licencias está tan colapsado que algunos aseguran que tomará más de 30 años desbloquearlo.
El problema radica en el Buró de Industria y Seguridad (BIS), responsable de aprobar las exportaciones. Según Reuters, la entidad está completamente sobrepasada, con miles de solicitudes acumuladas, escasez de personal, retrasos en las normativas y una desconexión total con el sector tecnológico.
Mientras que desde el BIS afirman estar realizando revisiones “estrictas” por motivos de seguridad nacional, fuentes internas revelan un caos organizativo y falta de liderazgo. Un funcionario incluso estimó que la cola de licencias equivale a tres décadas de trabajo atrasado.
Para las empresas de IA, sobre todo en China, esto es un duro golpe. Tienen proyectos listos, inversiones hechas, pero no pueden avanzar por culpa del papeleo. Y mientras tanto, otros países siguen desarrollando sus propias tecnologías sin tantas trabas.
Así que, por ahora, el futuro de los chips H20 está en pausa. No por problemas técnicos, sino porque alguien no firma los papeles. Literal.