Advertencia: spoilers de «28 años después».
El final de «28 años después» está sacudiendo a los fans por completo.
Lo que parecía una historia postapocalíptica seria, termina con una escena tan surrealista que muchos no saben si amarla u odiarla. Y es que la última secuencia cambia todo el tono del film de forma radical.
Justo cuando Spike está a punto de ser devorado por los infectados, aparece un grupo de personajes sacados de otro universo: trajes deportivos, pelucas rubias platinadas y movimientos de lucha que parecen sacados de Power Rangers. El líder del grupo es Sir Jimmy Crystal, interpretado por Jack O’Connell, un personaje inspirado estéticamente en Jimmy Savile, una figura muy controvertida en la cultura británica.
Este giro tan extraño ha dividido a los espectadores. Algunos lo ven como una tontería fuera de lugar, pero otros aplauden la osadía del director Danny Boyle y el guionista Alex Garland. Según ellos, todo fue una decisión consciente: mostrar cómo una sociedad destruida puede reinterpretar su pasado de forma errónea, incluso idolatrando figuras cuestionables por pura ignorancia o nostalgia mal dirigida.
El culto de los “Jimmys” representa esa distorsión cultural. Garland lo define como un “caleidoscopio psicodélico y retorcido”, donde se mezcla memoria selectiva, mitos reciclados y confusión colectiva. El mensaje de fondo: cuando todo se derrumba, la gente se aferra a cualquier cosa, incluso a lo peor.
Para muchos, el final no es un error sino el inicio perfecto para lo que viene: «28 años después: El Templo de Huesos», con estreno previsto en enero de 2026 y el regreso de Cillian Murphy como Jim. ¿Se viene un enfrentamiento entre Jim y Jimmy? Todo apunta a que sí.
Te puede gustar o no, pero este final se queda en tu cabeza, y eso ya es mucho decir hoy en día.
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