
Final Fantasy VII Remake Parte 3 está más cerca de lo que parece
La trilogía de Final Fantasy VII Remake se acerca poco a poco a su gran desenlace, aunque desde fuera todo siga envuelto en silencio oficial. Mientras la comunidad sigue diseccionando cada giro de Rebirth, Square Enix lleva tiempo centrada en la tercera parte. El director Naoki Hamaguchi ya comentó que el desarrollo comenzó incluso antes del lanzamiento de Rebirth y que el proyecto ha pasado de la fase de construcción básica a algo mucho más delicado: convertir un juego casi completo en un final digno de una de las historias más icónicas del JRPG.
En una entrevista con el creador francés Julien Chièze, Hamaguchi explicó que el núcleo de la experiencia ya está definido. La estructura de la campaña, los grandes momentos argumentales, los jefes principales y los sistemas clave están implementados. Ahora el equipo está metido en ese trabajo minucioso que casi nunca se ve en los tráileres, pero que el jugador nota al minuto uno: ritmo de la historia, sensación de progresión, coherencia entre exploración y combate, y un contenido opcional que aporte algo en lugar de rellenar horas.
Uno de los puntos que más intriga despierta es el papel de la mítica aeronave Highwind. Si Rebirth ya rompió el molde de Midgar con regiones amplias y semiabiertas, la tercera parte quiere ir un paso más allá. La idea es recuperar esa sensación clásica de viaje por el mundo, con la Highwind como pieza central: poder despegar, sobrevolar el mapa, elegir el próximo destino casi con total libertad y, aun así, mantener un hilo argumental claro y contundente.
De prototipo a final pulido: en qué punto está el desarrollo
Hamaguchi insiste en que también le gustaría que los fans pudieran jugar cuanto antes, pero recalca que un RPG de este tamaño no puede permitirse salir a medias. La etapa actual es puro pulido: se retocan animaciones, se afinan cámaras en cinemáticas, se reescriben o encajan diálogos, se ajustan picos de dificultad en los combates, se recortan misiones que solo alargan la partida y se refuerzan escenas que tienen potencial para convertirse en momentos memorables.
Después de las decisiones tan arriesgadas que tomó Rebirth con la línea temporal y el famoso concepto de destino, esta fase es crítica. El segundo juego dividió a la comunidad: para algunos fue una bocanada de aire fresco; para otros, un experimento que se aleja demasiado del original. La tercera parte tendrá que demostrar que todo ese riesgo tiene un sentido y desemboca en un final que cierre el círculo en vez de multiplicar las dudas.
El nombre del final: dos candidatos y mucha especulación
Otro detalle jugoso es que el juego todavía no tiene un título público. Según Hamaguchi, él y Tetsuya Nomura ya han reducido la lista interna a dos nombres y esperan decidirse antes de que termine el año. Tras Remake y Rebirth, la tercera palabra carga con un simbolismo enorme. No es solo marketing: el término elegido probablemente reflejará el tono del desenlace, ya sea algo más cercano a una reconciliación con el original o a una ruptura definitiva con lo que los fans recuerdan de la versión de 1997.
Como era de esperar, la comunidad lleva meses lanzando teorías y combinaciones. Se barajan conceptos relacionados con cierre, destino, retorno o incluso términos más oscuros que encajarían con una resolución dramática. Nada está confirmado, pero el simple hecho de que el título esté casi decidido sugiere que el proyecto está más avanzado de lo que muchos pensaban.
¿Veremos Final Fantasy VII Remake Parte 3 en The Game Awards?
La gran pregunta es cuándo saldremos por fin de la fase de insinuaciones y pasaremos a ver algo concreto. Sobre el papel, The Game Awards es el escenario perfecto para un primer teaser: evento global, millones de espectadores y un historial largo de anuncios de alto calibre, incluida la propia Square Enix. Un logo, el subtítulo definitivo, unos segundos de la Highwind surcando los cielos y bastaría para encender el debate durante semanas.
La realidad, sin embargo, puede ser más prudente. Si el nombre aún no está cerrado al cien por cien o si el equipo sigue tocando partes sensibles de la campaña, es posible que la compañía prefiera esperar a un State of Play o a un showcase pensado específicamente para celebrar el cierre de la trilogía. Lo más lógico es un calendario escalonado: primero un teaser centrado en el tono, más adelante un tráiler argumental que deje caer algunas pistas clave y, cerca del lanzamiento, una presentación larga con gameplay, exploración con la Highwind y batallas a gran escala.
Fans divididos, expectativas por las nubes
Mientras tanto, el estado de ánimo entre los jugadores es todo menos uniforme. Hay quien celebra el atrevimiento de Rebirth, su mundo más grande, los cambios en escenas míticas y la forma en que rompe la idea de un destino inamovible. Pero también hay muchos que se bajaron del barco a mitad de camino, saturados por la cantidad de misiones secundarias o incómodos con la nueva dirección narrativa y con el debate constante sobre quién escribe qué dentro del proyecto.
Para ese sector más escéptico, la tercera parte será el examen final. O bien demuestra que todo el desvío respecto al original llevaba a un lugar potente y coherente, o confirmará la sospecha de que la trilogía se hizo demasiado grande para su propio bien. Al mismo tiempo, los jugadores que sí han comprado la propuesta moderna esperan un final capaz de aprovechar al máximo la inversión emocional de tres largos juegos.
Exclusividad, nuevas plataformas y un final realmente global
La discusión sobre plataformas tampoco se apaga. Son pocos los que creen que el desenlace vaya a quedarse durante años como exclusivo de PlayStation 5. Con Final Fantasy VII Remake Intergrade llegando al sucesor de Nintendo Switch y a Xbox Series X|S, y con la promesa de que Rebirth y la tercera parte también aterrizarán allí más adelante, todo apunta a que Square Enix ve el final de la trilogía como un evento multiplataforma, aunque la ventana inicial vuelva a estar ligada al ecosistema de Sony.
Para nuevos jugadores, los próximos años serán la oportunidad ideal para entrar por la puerta grande: empezar con Remake, seguir con Rebirth cuando esté disponible en su consola y llegar al desenlace con todo fresco en la memoria. Para Square Enix, el reto es que ese final no se sienta como un simple punto y aparte, sino como una reinterpretación que pueda convivir con el clásico sin intentar borrarlo.
Hamaguchi, por su parte, sigue pidiendo algo que escasea en la era de los anuncios constantes: paciencia. Es precisamente ahora, en esta fase de ajustes invisibles, cuando un mes más de trabajo puede marcar la diferencia entre un final correcto y uno que se recuerde durante años. Cuando el título esté decidido y el equipo sienta que el juego tiene la forma definitiva, es de esperar que el silencio se rompa de golpe. Y entonces sabremos si esta nueva línea temporal de Final Fantasy VII se ganará un lugar propio en la historia de la saga.