Apple se prepara para dar otro gran paso en el mundo de la tecnología portátil con la segunda generación de sus gafas inteligentes. Este nuevo modelo promete una integración más profunda con el ecosistema de la compañía y la posibilidad de ejecutar dos sistemas operativos distintos, dependiendo del dispositivo al que estén conectadas.
Una apuesta ambiciosa que podría cambiar por completo la forma en que interactuamos con la realidad aumentada.
Según el periodista Mark Gurman en su boletín “Power On”, la primera versión de las gafas de Apple no contará con una pantalla integrada, lo que las convierte en un accesorio inteligente más que en un visor de realidad mixta completo. Pero el verdadero salto llegará con la segunda generación, prevista para alrededor de 2027, donde la compañía quiere ofrecer una experiencia mucho más potente y versátil.
De acuerdo con el informe, las nuevas gafas podrán ejecutar visionOS cuando estén conectadas a un Mac, permitiendo una experiencia de realidad aumentada más inmersiva. Al vincularlas con un iPhone, sin embargo, funcionarán con una interfaz más ligera y optimizada, diseñada para consumir menos recursos. En la práctica, esto significaría que las gafas podrían adaptarse dinámicamente al dispositivo con el que se usen, ofreciendo lo mejor de ambos mundos.
Dentro de Apple, los ingenieros ya están probando distintos métodos de conexión. Los primeros prototipos funcionan mediante cable, lo que garantiza una conexión estable y sin retrasos, pero también puede resultar incómodo para el usuario. No obstante, teniendo en cuenta el historial de la compañía con tecnologías inalámbricas como el chip H2 de los AirPods Pro 3, es lógico pensar que el objetivo final será lograr una conexión totalmente inalámbrica y fluida.
Eso sí, la compañía avanza con cautela. Se dice que algunos modelos han sido cancelados internamente porque no alcanzaban el estándar de calidad que Apple exige para sus productos. La filosofía sigue siendo la misma: si no sorprende, no sale al mercado. Por eso, aunque el proyecto siga evolucionando, Apple no se apresurará en lanzarlo hasta que logre ese toque de perfección que caracteriza a la marca.
El gran sueño de la empresa es crear unas gafas completamente independientes, que no dependan ni de un Mac ni de un iPhone, sino que integren todo el poder de procesamiento en su estructura. Eso convertiría a las gafas en un auténtico dispositivo de realidad aumentada autónomo, capaz de ofrecer una experiencia similar a la de un iPhone, pero directamente frente a tus ojos. Hasta que eso ocurra, Apple seguirá refinando la experiencia conectada, paso a paso, con su característico enfoque de perfección técnica y diseño elegante.
Si logra su objetivo, la compañía podría marcar el inicio de una nueva era tecnológica. Las Apple Glasses no serían simplemente un accesorio más, sino la evolución natural del iPhone: una puerta directa hacia el futuro de la computación personal y la realidad aumentada.