La estrategia de Samsung para sus smartphones de gama media en EE.UU. realmente me molesta.
Aunque EE.UU.
es uno de los mercados de smartphones más grandes del mundo, Samsung está vendiendo un nuevo modelo de gama media por 499,99 USD, lo que en principio podría haber sido una gran noticia. Pero casi nadie prestó atención al lanzamiento, y la razón es bastante obvia. La culpa recae casi por completo en Samsung, que inexplicablemente retrasó el lanzamiento del Galaxy A56 5G en EE.UU. y, aún peor, ‘se olvidó’ de generar algo de hype alrededor de su tan esperado debut en la región.
Este no es el primer teléfono de gama media que Samsung ha lanzado de forma totalmente errónea en los últimos años. Me hace pensar si realmente Samsung quiere que la línea Galaxy A tenga éxito en EE.UU. El Galaxy A56 5G, con un precio de 499,99 USD, tiene especificaciones bastante buenas: 128 GB de almacenamiento, 8 GB de RAM, una pantalla Super AMOLED de 6,7 pulgadas con tasa de refresco de 120 Hz, resistencia al agua y al polvo IP67, batería de 5000 mAh y carga rápida. Sin embargo, a pesar de estas características decentes, su precio lo hace poco atractivo.
Por 499,99 USD, el Galaxy A56 5G no es un mal teléfono. Su pantalla es excelente, la carga rápida es un buen detalle y el rendimiento es aceptable, pero comparado con sus competidores, no se muestra como una opción destacada. Por ese precio, puedes comprar un OnePlus 13R, que ofrece más almacenamiento, un procesador más rápido y carga más rápida. O un Pixel 9a, que tiene mejores cámaras y probablemente soporte de software a largo plazo. Incluso el Motorola Edge (2025) ofrece un diseño más bonito, más almacenamiento, una batería más grande y carga inalámbrica, todo por un precio similar.
Si Samsung hubiera lanzado el A56 5G antes, habría tenido tiempo de destacar antes de que llegaran los rivales. Pero ahora, con descuentos mínimos y ofertas de intercambio poco atractivas, el A56 parece casi desechable. Parece que Samsung se ha olvidado de cómo manejar su línea de gama media en EE.UU.
El Galaxy A50 fue un gran éxito en 2019, y el A51 siguió ese camino en 2020. Sin embargo, desde entonces, la serie A ha perdido fuerza. Samsung incluso dejó de lanzar el A55 en EE.UU., lo que me hizo pensar que el A56 sería su gran regreso. Lamentablemente, no ha sido así. Samsung parece haber puesto en piloto automático su línea de gama media, con un camino que inevitablemente lleva a un fracaso lento y sin mucha gloria.
Es difícil no pensar que Samsung está saboteando sus dispositivos más asequibles para dar preferencia a los modelos premium, que generan más ganancias. Aunque esto pueda parecer una decisión lógica desde el punto de vista empresarial, podría terminar perjudicando a Samsung a largo plazo, especialmente en cuanto a su presencia en el mercado.