¿Tu Galaxy S23 Ultra se ha vuelto lento? Así puedes recuperar su velocidad
El Galaxy S23 Ultra fue uno de los teléfonos más potentes de Samsung en su lanzamiento y, aunque ya han pasado más de dos años y medio, todavía es un dispositivo muy capaz. Sin embargo, con el Galaxy S26 Ultra a la vuelta de la esquina, es normal que el S23 Ultra empiece a mostrar signos de desgaste: pequeños retrasos, aplicaciones que tardan más en abrirse o transiciones menos fluidas de lo habitual.
Eso no significa que tu S23 Ultra ya no sirva. El procesador Snapdragon 8 Gen 2, junto con un mínimo de 8 GB de RAM y el almacenamiento UFS 4.0, sigue siendo más que suficiente para la mayoría de las tareas actuales. La clave está en darle el mantenimiento adecuado. Con unos ajustes sencillos, puedes devolverle la fluidez y alargar su vida útil sin necesidad de cambiar de móvil todavía.
Mantén el software actualizado
Samsung ha mejorado mucho su política de actualizaciones, y el Galaxy S23 Ultra ya ha recibido dos grandes versiones de Android. La tercera llegará pronto con One UI 8. Estos parches no solo añaden funciones nuevas, sino que también corrigen errores, mejoran la seguridad y optimizan el rendimiento. Para comprobarlo, entra en Ajustes → Actualización de software → Descargar e instalar. Incluso las actualizaciones menores pueden marcar la diferencia en la velocidad.
Reinicia tu teléfono con frecuencia
Muchas personas reinician su ordenador habitualmente, pero rara vez hacen lo mismo con el móvil. Sin embargo, los smartphones también lo necesitan. Un reinicio limpia procesos en segundo plano y libera memoria, lo que devuelve agilidad al sistema. Puedes hacerlo manualmente una vez por semana o activar la opción de reinicio automático en Ajustes → Cuidado del dispositivo → Optimización automática → Reinicio automático. Configura un horario nocturno y olvídate del problema.
Controla el almacenamiento y la memoria
Con el tiempo, fotos, vídeos y aplicaciones ocupan demasiado espacio. Cuando el almacenamiento interno se llena casi por completo, el sistema se vuelve más lento. Intenta mantener al menos un 10% libre. Para la memoria RAM, ve a Ajustes → Cuidado del dispositivo → Memoria y selecciona Limpiar ahora. Allí también verás las apps que siempre permanecen activas; si no son necesarias, ciérralas o desinstálalas.
Elimina aplicaciones que no usas
Descargamos apps “por si acaso” que luego jamás abrimos. Aunque estén en reposo, siguen ocupando recursos. Lo mejor es desinstalarlas desde el cajón de aplicaciones. Si alguna no se puede borrar, al menos desactívala para que no afecte al rendimiento.
Optimiza tu pantalla de inicio
Los fondos animados y demasiados widgets lucen atractivos, pero consumen más recursos de lo que parece, sobre todo en dispositivos con algunos años encima. Cambiar a un fondo estático y dejar solo los widgets realmente útiles hará que tu Galaxy S23 Ultra se sienta más ágil y ordenado.
Revisa el perfil de rendimiento
El S23 Ultra permite elegir entre un perfil Ligero y uno Estándar. El modo Ligero ayuda a ahorrar batería y reduce el calentamiento, pero sacrifica velocidad. Si notas que tu teléfono va lento, entra en Ajustes → Cuidado del dispositivo → Perfil de rendimiento y selecciona Estándar para recuperar el equilibrio entre potencia y autonomía.
Ajusta las animaciones del sistema
A veces no se trata de potencia real, sino de cómo percibimos la rapidez. Las animaciones de One UI son elegantes, pero también pueden dar la sensación de lentitud. En el Modo desarrollador puedes reducir la escala de animaciones de ventanas, transiciones y duración. El móvil no será más potente, pero se sentirá mucho más rápido al usarlo.
Conclusión: el S23 Ultra aún tiene cuerda
El Galaxy S23 Ultra ya no es el campeón absoluto en velocidad, pero sigue siendo un teléfono potente si lo mantienes bien optimizado. Actualizar el software, reiniciar periódicamente, liberar memoria y ajustar configuraciones sencillas bastará para mantenerlo fluido. El Galaxy S26 Ultra será inevitablemente más veloz, pero tu S23 Ultra todavía tiene mucho que dar en su tercer año de vida.