Inicio » Sin categorizar » Galaxy S25 Ultra: por qué los smartphones ya son el presente de la fotografía

Galaxy S25 Ultra: por qué los smartphones ya son el presente de la fotografía

por ytools
0 comentario 0 vistas

Galaxy S25 Ultra: por qué los smartphones ya son el presente de la fotografía

Galaxy S25 Ultra: por qué los smartphones ya son el presente de la fotografía

Hace no mucho, cualquiera que quisiera tomarse la fotografía en serio se compraba una réflex o una mirrorless. Grandes sensores, lentes intercambiables, botones dedicados: era el camino lógico. Pero en 2025, el panorama cambió. Las cámaras se han vuelto prohibitivamente caras y los móviles, en cambio, ofrecen tanto que ya compiten de tú a tú. El Galaxy S25 Ultra es el ejemplo perfecto de cómo la balanza se inclinó.

La economía lo explica. Durante años, comprar en EE. UU. resultaba más barato que en Europa, con una diferencia de hasta el 25% gracias a los impuestos y la política de precios. Muchos pedían a un amigo que viajaba que trajera una cámara en la maleta. Esa ventaja desapareció. Hoy los precios en EE. UU. se dispararon por tarifas, cadenas de suministro inestables y un contexto económico incierto.

La Sony a7CR, por ejemplo, cuesta ahora 3.400 dólares: 400 más que en su lanzamiento y 200 más que en la subida anterior. La Sony a9 III, usada en deportes, subió a 6.800. El golpe más duro quizá lo dio la Ricoh GR IV: 1.499 dólares frente a los 899 de la GR III. Un salto de 600 dólares en una compacta de calle es difícil de justificar.

Los profesionales que viven de la fotografía o el vídeo no tienen escapatoria: deben pagar. No puedes cubrir unas Olimpiadas o una campaña publicitaria sin el equipo adecuado. Pero, ¿y el resto? Los que solo quieren buenas fotos en un viaje, un recuerdo de familia o algo decente para Instagram. Para la mayoría, invertir miles de dólares en un equipo pesado no tiene sentido.

El problema no es solo el precio. Una cámara grande significa mochilas, kilos de peso, accesorios, software de edición y horas frente al ordenador. Muchos terminan aburridos. En cambio, con un smartphone todo fluye: sacas el móvil, disparas, compartes. Y punto.

El Galaxy S25 Ultra lo demuestra. Su sensor principal de 200 MP con estabilización óptica ofrece imágenes nítidas y llenas de detalle. La fotografía nocturna, antes un punto débil de los móviles, ahora sorprende: colores vivos, menos ruido y mejor rango dinámico que en el S24 Ultra, que tendía a sobreprocesar. Aquí el usuario no necesita ser experto, la tecnología se encarga.

La actriz y fotógrafa Simona Halacheva regresó de Japón con una serie de fotos nocturnas en Tokio que recuerdan a Saul Leiter o Fan Ho. Las tomó exclusivamente con el Galaxy S25 Ultra, editándolas de forma rápida en VSCO con unos cuantos filtros. Nada de RAW ni retoques complicados. Su filosofía es clara: no todo tiene que estar perfectamente iluminado; la atmósfera surge en las sombras. Y eso, con un móvil siempre a mano, es posible.

La gran ventaja es obvia: el mejor dispositivo es el que llevas contigo. El teléfono siempre está en el bolsillo, listo para captar lo inesperado. Sin cambiar lentes, sin perder tiempo. Y económicamente es imbatible. Con los 6.800 dólares de una Sony a9 III podrías comprar un S25 Ultra por 1.200 y gastar el resto en un viaje a Nueva Zelanda. ¿Qué deja más huella: una cámara cara guardada en casa o una aventura con recuerdos para toda la vida?

Claro, hay géneros en los que una cámara dedicada sigue siendo insustituible: acción deportiva extrema, fauna salvaje con teleobjetivos, impresiones gigantes. Pero para el 95% de los usuarios, un móvil es más que suficiente. Y no solo Samsung: también el iPhone 17 Pro Max, el Xiaomi 15 Ultra, el Oppo Find X8 Ultra o el Vivo X200 Ultra están a la altura. Incluso modelos de hace un par de años, como el iPhone 14 Pro o el Galaxy S23 Ultra, siguen ofreciendo resultados espectaculares.

Basta mirar los iPhone Photography Awards: con un simple iPhone X muchos lograron fotos dignas de galería. La técnica importa, sí, pero el ojo y el momento cuentan más. Y ahí los móviles brillan, porque siempre están listos.

En conclusión: mientras las cámaras tradicionales se encarecen hasta volverse elitistas, los smartphones evolucionan cada año. El Galaxy S25 Ultra no es un sustituto de compromiso, es un protagonista. La fotografía ya no es privilegio de unos pocos con bolsillos profundos. Hoy cabe en el bolsillo de cualquiera.

También te puede interesar

Deja un comentario