La serie Galaxy S26 ha generado gran expectativa en el mundo tecnológico, especialmente por la posibilidad de mejoras en la velocidad de carga. Sin embargo, las últimas certificaciones en China apuntan a un panorama poco alentador: los modelos Galaxy S26 Pro, S26 Edge y S26 Ultra mantendrían exactamente las mismas cifras de sus antecesores.
De acuerdo con documentos de la autoridad de certificación CQC, el Galaxy S26 Pro y el Galaxy S26 Edge estarán limitados a 25W, mientras que el Galaxy S26 Ultra se quedará en 45W. Estos números coinciden con lo que adelantó el filtrador IceUniverse hace unas semanas.
En aquel momento parecía un simple rumor, pero ahora con pruebas oficiales todo indica que la decepción es real.
Comparado con sus rivales, Samsung queda rezagado. Marcas chinas como OnePlus o Xiaomi ya ofrecen cargas de 100W o incluso más, lo que permite llenar la batería en menos de media hora. Frente a eso, 25W y 45W parecen lentos y anticuados. Incluso Apple, conocida por ser conservadora en este aspecto, mejoró con el iPhone 17, que ahora soporta 40W y acorta distancias con la competencia asiática.
No sorprende que muchos usuarios expresen frustración. El Galaxy S26 Ultra, como máximo exponente de la serie, debería marcar la diferencia, pero los rumores de que podría repetir los mismos sensores de cámara del año pasado alimentan la sensación de estancamiento
. La gran pregunta es si la familia S26 traerá suficientes novedades para justificar un cambio de dispositivo.
Eso sí, Samsung ha demostrado en el pasado que aún puede sorprender. El Galaxy Z Fold 7, que en principio parecía una actualización menor, terminó ofreciendo mejoras significativas que convencieron al público. Por eso, todavía hay esperanza de que la compañía presente algún as bajo la manga con el lanzamiento de los S26.
Mientras tanto, la competencia no afloja. El iPhone 17 incluyó mejoras notables hasta en el modelo base: pantalla ProMotion, más autonomía, diseño reforzado. Y la versión Pro sumó una nueva cámara telefoto. En un mercado tan competitivo, Samsung no puede quedarse quieta. En el segmento premium cada detalle importa, y fallar en un área tan visible como la carga puede eclipsar sus ventajas tradicionales, como la calidad de pantalla o el ecosistema.
En conclusión, si las certificaciones se confirman, la serie Galaxy S26 corre el riesgo de decepcionar a los seguidores más fieles. La velocidad de carga puede no ser el único criterio de compra, pero hoy en día es un símbolo de avance tecnológico. Mientras los rivales presumen de sus cifras como un argumento de venta, Samsung parece atrapada en el pasado. Si no hay sorpresas en el evento de presentación, el Galaxy S26 podría pasar a la historia como una oportunidad perdida justo en un momento en que la presión de Apple y los fabricantes chinos es más fuerte que nunca.