El Samsung Galaxy Z Fold 7 se lanzó en julio con gran expectativa. Se presentó como el plegable más avanzado de la marca, con mejoras en la bisagra, un diseño más refinado y una pantalla de última generación. Sin embargo, apenas unos meses después, varios usuarios ya comenzaron a denunciar un problema que suena demasiado familiar: la pintura del dispositivo se está despellejando.
Lo más preocupante es que esto mismo ocurrió con su predecesor, el Galaxy Z Fold 6.
En foros como Reddit, algunos compradores compartieron fotos mostrando cómo el acabado del Z Fold 7 empieza a desprenderse, dejando marcas antiestéticas en un smartphone que cuesta cerca de 2000 dólares. La indignación es grande porque muchos aseguran que nunca dejaron caer el teléfono ni lo golpearon. Además, el defecto no se limita a un solo color: diferentes versiones de acabado presentan el mismo problema.
Este episodio recuerda directamente al Fold 6. En aquel entonces, Samsung publicó una página de soporte explicando que ciertos cargadores de terceros, mal aterrizados, podían generar fugas de corriente que dañaban la capa de aluminio anodizado y debilitaban la pintura. La recomendación oficial fue clara: usar únicamente cargadores originales de Samsung.
El problema es que algunos afectados aseguran haber usado un cargador oficial de 25W de la propia marca, y aun así la pintura comenzó a caerse. Eso abre dudas sobre dos posibilidades: o los accesorios oficiales no protegen realmente como deberían, o el proceso de anodizado y pintura del dispositivo presenta fallos de fabricación.
Para un móvil premium que supera los 1800 euros, esta situación resulta inaceptable. En 2025, los usuarios no solo esperan innovación, sino también calidad y resistencia que justifiquen el precio. Aunque el número de casos reportados aún no sea masivo, el daño a la reputación ya está hecho. Y el hecho de que lo mismo haya pasado con el Fold 6 da la impresión de que Samsung no aprendió de sus errores anteriores.
El momento tampoco ayuda: competidores como Huawei, Oppo y Honor están lanzando plegables cada vez más robustos. Un fallo repetido como este puede costarle caro a Samsung en un mercado cada vez más competitivo. La serie Fold debería ser sinónimo de ingeniería de vanguardia, pero los problemas de acabado ponen en entredicho esa imagen. Hasta que la empresa dé una explicación clara o una solución definitiva, muchos posibles compradores dudarán antes de invertir en el Fold 7.
Curiosamente, esta polémica surge justo cuando se anuncia el libro de colección “Iconic Phones: Revolution at Your Fingertips”, que saldrá este otoño. Mientras el libro promete repasar los grandes hitos de la revolución móvil, Samsung enfrenta la tarea de demostrar que su plegable insignia también merece estar en esa lista, no solo por la innovación, sino por la durabilidad.