El Samsung Galaxy Z Fold7 es sin duda uno de los dispositivos más llamativos del mercado, pero si pensabas que también sería fácil de reparar, piénsalo dos veces. Según el desmontaje realizado por iFixit, este plegable obtuvo apenas 3 de 10 puntos en reparabilidad. O sea, casi imposible de arreglar si se rompe.
La causa principal es su pantalla plegable súper frágil, que se puede dañar con algo tan simple como polvo o la presión de una uña. Además, no es posible cambiar solo la pantalla: viene unida al chasis, así que si se rompe, toca reemplazarlo todo.
Caro, complicado y frustrante.
Y por si fuera poco, Samsung no ofrece repuestos fácilmente para sus plegables. Ni siquiera el Z Fold6, que lleva un año en el mercado, tiene piezas disponibles de forma oficial. Lejos quedaron los tiempos en que un Galaxy se podía reparar en cualquier taller técnico sin problemas.
Aun así, eso no detiene a muchos usuarios. Hay quienes tienen seguro y lo usan cuando el móvil se rompe. Otros simplemente lo ven como un capricho tecnológico: se rompe, se cambia y ya está.
En resumen, el Galaxy Z Fold7 es impresionante por fuera, pero nada amigable para el usuario que quiere mantener su equipo por más de un año. Como dijo un usuario: “Quieres que se doble y sea delgado, pero no que se rompa… imposible tenerlo todo.”