Cuando Glen Schofield, el legendario co-creador de la saga Dead Space, habla sobre revivir la franquicia, los fans de los survival horror prestan atención. Durante una entrevista con IGN en el Gamescom Asia x Thailand Game Show, Schofield confesó que todavía sueña con desarrollar Dead Space 4. Según explicó, se acercó recientemente a Electronic Arts con una propuesta que habría reunido al antiguo equipo de Visceral Games y ahorrado entre 30 y 40 millones de dólares reutilizando los recursos creados por Motive Studio para el remake de 2023. 
Aun así, EA rechazó la oferta.
No está claro si se trató de la misma propuesta que ya había hecho el año pasado o de un nuevo intento en 2025, pero una cosa es segura: Schofield no se rinde. Él cree que tras la compra de EA por un consorcio de inversores por 55 mil millones de dólares, podrían abrirse nuevas oportunidades. “Ya veremos. No sé qué está pensando EA ahora”, dijo. “No creo que hayan ganado mucho con el remake. Dead Space podría expandirse a películas, series de televisión… hay muchísimo potencial. Soy optimista, tal vez alguien nuevo compre la IP.”
Y tal vez no se equivoque. El remake de Dead Space tuvo una recepción crítica sólida, pero sus ventas fueron más modestas de lo esperado. Por eso, EA canceló el remake de Dead Space 2 y dejó la franquicia en pausa. Ahora, tras el costoso buyout, los analistas creen que EA tomará medidas drásticas para reducir deudas, como despidos y posibles ventas de estudios o licencias. Se espera que la empresa se centre en sus franquicias más rentables, como los juegos deportivos y Battlefield, dejando poco espacio para sagas para un solo jugador como Dragon Age, Mass Effect o Dead Space. En ese escenario, vender la IP no suena tan descabellado, especialmente si alguien con la visión y la pasión de Schofield quiere retomarla.
El propio Schofield atraviesa un momento profesional incierto. Después del tropiezo con The Callisto Protocol – un título ambicioso financiado por Krafton e inspirado directamente en Dead Space – el creador abandonó Striking Distance Studios. El juego no cumplió con las expectativas de crítica ni de ventas, pero su pasión por el terror espacial sigue intacta. Para él, el vacío sigue llamando, y la historia aún no ha terminado.
Entre los jugadores hay división: algunos claman por una secuela verdadera, otros temen que un nuevo Dead Space acabe distorsionado por modas o decisiones corporativas. Pero la mayoría coincide en algo: nadie entiende la esencia de la serie como Schofield. Si EA decide vender la franquicia, tal vez sea la oportunidad de ver renacer uno de los horrores más icónicos de la historia del gaming moderno.