El Google Pixel 10 Pro XL ya está en análisis y, a primera vista, confirma lo que muchos sospechaban: Google eligió la vía más conservadora para esta generación. En lugar de una revolución de diseño o un salto fotográfico, la compañía apostó por una batería más grande, un nuevo procesador y ligeros ajustes.
Es un paso sólido, pero nada que sorprenda demasiado.
Puestos uno al lado del otro, el Pixel 9 Pro XL y el Pixel 10 Pro XL parecen casi gemelos. Esta continuidad hace poco atractivo el cambio para quienes ya poseen el modelo anterior. Sin embargo, para quienes vienen de un móvil más antiguo o nunca han probado un Pixel, el 10 Pro XL puede resultar una propuesta muy interesante, sobre todo por la experiencia de software que distingue a la marca.
La gran baza del Pixel sigue siendo la integración entre hardware y software. El Pixel 10 Pro XL funciona con Android 16 en su versión optimizada por Google, ofreciendo una interfaz muy fluida y un motor háptico renovado que da a cada interacción una sensación casi física. Esa atención al detalle convierte el uso diario en algo diferente a la mayoría de sus rivales.
Entre las novedades estéticas destaca el color Jade, un verde elegante acompañado por un marco dorado brillante. El dispositivo se siente más curvado en la mano que otros competidores con líneas rectas, lo que aporta comodidad sin perder la sensación premium. También se ofrecen los tonos Moonstone (gris oscuro), Porcelain (crema) y Obsidian (negro), pensados para distintos gustos.
El tema más discutido será, sin duda, la cámara. Google no cambió nada en el sistema triple, lo que en un mercado lleno de sensores cada vez más grandes puede parecer una oportunidad perdida. Sin embargo, los usuarios veteranos saben que el Pixel destaca por el procesamiento de imágenes y no tanto por los números de hardware. Habrá que esperar a las pruebas completas para ver si mantiene el listón fotográfico tan alto como en años anteriores.
El contenido de la caja mantiene la filosofía minimalista: solo un cable USB-C. En cuanto a precios, la versión con 16 GB de RAM y 256 GB de almacenamiento cuesta €1.299 (o £1.199 en Reino Unido), mientras que la opción con 512 GB sube a €1.429 (£1.319). Con esas cifras, el Pixel 10 Pro XL se coloca de lleno en la gama alta, en competencia directa con Samsung y Apple.
En conclusión, el Pixel 10 Pro XL no busca romper esquemas, sino pulir lo que ya funcionaba bien. No es un salto espectacular, pero sí un móvil fiable y equilibrado para quienes valoran la experiencia de uso por encima de la innovación arriesgada. Falta ver si su cámara y su rendimiento confirman que la estrategia de Google para 2025 – evolución en lugar de revolución – vuelve a dar resultado.