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Google Pixel 10 Pro XL: un teléfono brillante en IA, pero torpe para jugar

por ytools
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El Google Pixel 10 Pro XL llegó con grandes promesas: inteligencia artificial avanzada, diseño premium y un chip Tensor G5 hecho para marcar una nueva era en los smartphones de Google. Pero la realidad ha sido un jarro de agua fría. En un video que se volvió viral en X (antes Twitter), el Pixel 10 Pro XL se muestra sufriendo para ejecutar Genshin Impact: el juego se congela, la pantalla parpadea y los toques tardan en responder. En algunos momentos, el teléfono parece directamente colapsar.
Google Pixel 10 Pro XL: un teléfono brillante en IA, pero torpe para jugar
Para un móvil de más de mil dólares, el rendimiento se siente más cercano al de un gama media.

El corazón del problema es el Tensor G5, fabricado por Google junto a TSMC. A diferencia de los chips de Apple o Qualcomm, el Tensor prioriza el procesamiento de IA y las funciones de cámara por encima de la potencia bruta. Esto lo hace excelente para tareas como fotografía computacional, reconocimiento de voz o traducción en tiempo real, pero sufre con juegos exigentes. En las pruebas, el G5 quedó por detrás del Snapdragon 8 Gen 4, del A19 Pro de Apple e incluso del Tensor G4 del año pasado. Sí, el chip nuevo rinde peor que el anterior.

Durante sesiones de juego prolongadas, el Pixel 10 Pro XL se calienta rápidamente y comienza a reducir su rendimiento para evitar sobrecalentarse. En cuestión de minutos, el framerate se desploma y el juego se vuelve injugable. Mientras tanto, el iPhone 15 Pro y el Galaxy S24 Ultra mantienen una experiencia fluida y estable. Algunos expertos sospechan que el problema no es solo de hardware: los controladores gráficos del Tensor G5 parecen estar mal optimizados. Es una vieja historia con los chips de Google, donde los drivers de GPU y la gestión de energía suelen ser su talón de Aquiles.

Otro factor clave es el uso de las GPU de Imagination Technologies, una empresa que ya ha sido criticada por sus problemas de compatibilidad y rendimiento en Android. Apple usa la misma arquitectura, pero con una integración impecable. En cambio, Google parece seguir en fase de aprendizaje: su implementación no logra la misma estabilidad ni eficiencia. El resultado: un teléfono brillante en inteligencia, pero torpe en fuerza.

Aun así, el Pixel 10 Pro XL tiene sus virtudes. En fotografía asistida por IA, el procesamiento de voz y las funciones inteligentes, el dispositivo brilla. Pero su debilidad en juegos demuestra que Google sigue priorizando la mente sobre los músculos. El problema es que en 2025, los usuarios quieren ambos. No basta con tener el teléfono más “inteligente” si no puede correr uno de los juegos más populares sin trabarse.

En resumen, el Pixel 10 Pro XL encarna el dilema de Google: la búsqueda de la innovación por encima de la potencia. Es un teléfono fascinante para los amantes de la tecnología y la IA, pero decepcionante para los gamers. Hasta que Google logre equilibrar ambos mundos, el Pixel seguirá siendo más un laboratorio de ideas que un verdadero competidor de gama alta.

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