El nuevo Pixel 10 llega con el chip Tensor G5 fabricado en 3 nm y 12 GB de RAM en el modelo base. Pero hay letra pequeña: 3 GB quedan reservados sólo para tareas de IA. En la práctica, al usuario le quedan 9 GB para apps y juegos.
La jugada divide: para unos es una optimización inteligente; para otros, un recorte que limita la multitarea.
¿Por qué Google hizo esto? En el Pixel 9, los módulos de IA se cargaban en memoria bajo demanda y a veces había una espera molesta. En el Pixel 10, esa porción fija de RAM permite que las funciones de IA se activen al instante: edición de fotos, comandos por voz, traducción en vivo… Todo reacciona más rápido, con el coste de mantener menos apps abiertas en segundo plano.
Si necesitas más colchón, el Pixel 10 Pro y el Pixel 10 Pro XL suben a 16 GB de RAM. Para la mayoría, 9 GB siguen siendo de sobra para WhatsApp, YouTube o Netflix. Además, Google promete afinar el uso de memoria con futuras actualizaciones, así que el modelo base puede rendir perfectamente para un uso normal.
Como incentivo, hay tarjetas regalo: 100 USD con el Pixel 10 y 200 USD con los Pro. Al final todo depende de tus prioridades: ¿prefieres IA veloz y siempre lista, o exprimir cada mega de RAM para multitarea pesada?