GPD acaba de sacudir el mercado con el WIN 5 y sus impresionantes 128 GB de memoria unificada LPDDR5X. 
No es solo otra consola portátil más, sino una bestia que combina potencia de juego de alto nivel con capacidades de inteligencia artificial en un dispositivo que cabe en la mochila.
Presentado hace pocos días, el WIN 5 monta el procesador Ryzen AI Max+ 395 con 16 núcleos Zen 5 y una GPU integrada Radeon 8060S basada en RDNA 3.5 con 40 unidades de cómputo. En la práctica, esto lo coloca a la altura de una GeForce RTX 4060 para portátiles, alcanzando más de 60 FPS en 1080p con ajustes altos o ultra.
El gran salto está en la arquitectura de memoria unificada (UMA), que permite a CPU, GPU y NPU compartir la misma memoria sin tener que copiar datos. Hasta 96 GB pueden usarse como memoria de video, lo que abre la puerta no solo a juegos exigentes, sino también a renderizado 8K, cálculos científicos y ejecución local de modelos de IA gigantes con hasta 70.000 millones de parámetros. Según GPD, este diseño reduce cuellos de botella y mejora la eficiencia energética en tareas de IA hasta en un 87 %.
Eso sí, la innovación no sale barata: el modelo básico con 32 GB rondará los 2000 dólares, mientras que la versión completa con 128 GB superará fácilmente los 2500. Y muchos jugadores no perdonan que, a pesar del precio, la consola no incluya pantalla OLED, algo que consideran indispensable en este rango.
El WIN 5 es hoy por hoy la portátil Strix Halo más potente disponible, pero entre su precio elevado y decisiones discutibles de diseño, parece destinada a un público muy entusiasta y reducido.
1 comentario
imagina pagar 2500 pavos pa jugar indies 😂