El GPD Win 5 ya es oficial y llega presumiendo el trono: la consola portátil más potente del momento.
Monta el AMD Ryzen AI Max+ 395 con 16 núcleos Zen 5, TDP ajustable de 55–75 W y una iGPU Radeon 8060S con 40 CUs RDNA 3.5, capaz de dejar atrás a cualquier iGPU actual e incluso superar a la RTX 4060 Mobile en pruebas sintéticas.
Es el único portátil comercial basado en Strix Halo, con soporte para hasta 128 GB de LPDDR5X a 8000 MT/s y SSD de hasta 4 TB. Habrá configuraciones de 32/64 GB de RAM y 1/2/4 TB de almacenamiento, además de ranura Micro SD y un slot para mini SSD para ampliar sin dramas.
La pantalla es IPS de 7 pulgadas: 1920×1080, 120 Hz, cobertura sRGB al 100% y AMD FreeSync Premium para eliminar el tearing. Sí, sigue siendo 1080p -GPD prioriza fluidez y autonomía frente a 1440p o 4K-. La batería de 80 Wh es extraíble: pesa 565 g sin ella y 915 g con ella. En casa, puedes tirar del adaptador AI PC de 180 W y jugar conectado a la corriente.
Aunque viene cargado de músculo, el Win 5 es compacto (267 mm de largo) y muy cuidado en controles: joysticks capacitivos de nivel eSports sin zona muerta ni drift, gatillos con efecto Hall y modo «hair trigger» (0,1 mm / 0,1 ms). En conectividad: Wi-Fi 6E, Bluetooth 5.3, dos USB-C (USB 3.2 Gen 2 + USB 4.0) y jack de 3,5 mm.
Según GPD, el rendimiento roza el de CPUs de escritorio de gama alta consumiendo mucho menos. Con un precio que se espera por debajo de 2000 dólares, el Win 5 apunta directo al mercado de portátiles gaming premium.