Grand Theft Auto 6 ya no se comenta sólo como la próxima entrega de una saga histórica, sino como un posible punto de inflexión para todo el género de mundo abierto. 
Algunos insiders hablan de un salto tan grande que otros estudios tardarían 15 o incluso 20 años en ponerse a la altura. Ese tipo de frase enciende el modo hype en una parte de la comunidad y el modo escepticismo duro en la otra, sobre todo en una industria que lleva años vendiendo “revoluciones” que muchas veces se quedan en fachada bonita.
Para entender estos rumores sin perder la cabeza, conviene tratarlos como probabilidades. Una escala sencilla ayuda: 0–20 % = poco probable, casi sin fuentes creíbles; 21–40 % = dudoso, con muchas grietas; 41–60 % = plausible, pero aún sin base sólida; 61–80 % = probable, cuando la parte técnica y la lógica de negocio encajan; 81–100 % = muy probable, cuando varias fuentes fiables apuntan en la misma dirección. En el caso de la idea de que GTA 6 va a redefinir el mundo abierto durante años, el veredicto razonable ahora mismo ronda el 75 % – probable.
Ese número sale de desglosar el cuadro completo. En fuente, la cosa queda en 3/5: Reece “Kiwi Talkz” Reilly ya ha demostrado tener buenos contactos cuando se trata de Rockstar, pero no deja de ser un comentarista, no un portavoz oficial. En corroboración estamos alrededor de 2/5: hay patentes, descripciones técnicas, ofertas de trabajo y filtraciones que encajan entre sí, pero todavía no un alud de detalles independientes. En cambio, en apartado técnico y línea temporal la foto se ve mucho más clara: 5/5 en lo que el hardware actual puede mover y 5/5 para un proyecto que lleva casi una década en desarrollo con un presupuesto que sólo unas pocas compañías pueden permitirse. Sería hasta raro que todo eso terminara en un simple “GTA V, pero con más resolución”.
La pregunta clave es qué haría exactamente que GTA 6 se sienta tan adelantado. Los indicios señalan tres pilares: NPC más listos, una simulación urbana más profunda y un mundo que responda a tus acciones de forma coherente. En lugar de peatones que repiten tres animaciones y policías que aparecen de la nada, la idea es algo parecido a un sistema de memoria de IA: los personajes recuerdan lo que hiciste, dónde montaste el caos y qué tipo de jugador sueles ser, y ajustan su comportamiento en consecuencia, no como si cada encuentro fuera la primera vez.
Los jugadores veteranos recuerdan rápido que la “buena IA” no es un concepto nuevo. Ya en los 2000 había shooters donde los enemigos flanqueaban, te sacaban de la cobertura a base de granadas y se replegaban cuando iban perdiendo, en lugar de correr en línea recta hacia tu mira. Títulos como S.T.A.L.K.E.R. o F.E.A.R. siguen mencionándose cada vez que se habla de enemigos que parecen pensar. La diferencia con GTA 6 no estaría en inventar magia nueva, sino en intentar llevar esa clase de comportamientos a la escala de una megaciudad abierta, llena de tráfico, multitudes, bandas y policía funcionando al mismo tiempo.
Entre los detalles más curiosos que se han comentado está la posibilidad de que los NPC puedan incluso “oler” al jugador y a otros personajes: sangre, humo, suciedad, alcohol, señales de que vienes de un tiroteo… Suena a meme de foro, pero encaja con la idea de un mundo que reacciona a señales sutiles. No se trata sólo de que el HUD te diga que estás manchado, sino de que la gente a tu alrededor cambie de acera, te mire con desconfianza o llame a la policía. Si Rockstar añade por encima nociones como miedo y instinto de supervivencia, podríamos ver peatones que huyen, se esconden o evitan el conflicto, y una IA policial menos suicida y más estratégica.
El segundo gran frente es la propia ciudad. Filtraciones y patentes apuntan a barrios dinámicos que cambian a largo plazo: niveles de criminalidad que suben y bajan, presencia policial que se ajusta a cómo juegas, negocios que abren y cierran, interiores que importan más allá de ser simple decorado. Aquí la comunidad se divide. Hay quien piensa que hacer “todos los edificios accesibles” es tirar recursos si dentro no pasa nada interesante. Otros se acuerdan de Night City en Cyberpunk 2077: un paisaje impresionante que, para muchos, acabó sintiéndose más parque temático que ciudad viva una vez terminada la historia. Si GTA 6 quiere de verdad marcar época, tiene que ofrecer las dos cosas a la vez: postal y profundidad.
Desde el lado técnico, todo esto tiene un precio altísimo. Simular tráfico creíble, rutinas complejas, multitudes, patrullas, persecuciones y todo lo demás en tiempo real en consola es brutalmente caro en CPU, memoria y horas de desarrollo. Por eso tantos estudios optan por el compromiso: enemigos algo más listos en arenas cerradas y una ciudad de fondo que sólo imita vida. En GTA 6 se habla mucho de burbujas de simulación, donde la IA completa se ejecuta cerca del jugador mientras el resto del mundo funciona en versiones simplificadas. El truco no es nuevo, pero si Rockstar consigue escalarlo bien y conectarlo con muchos sistemas a la vez, podría ser la primera gran superproducción que convierta ese enfoque en nuevo estándar.
Con todo, sobran motivos para la prudencia. Después del estreno accidentado de Cyberpunk 2077, mucha gente reacciona con alergia cuando oye palabras como “ciudad viva” o “IA revolucionaria”. A eso se suman dudas sobre el precio – nadie se sorprendería si GTA 6 empuja los precios AAA aún más arriba – y la casi segura apuesta por un modo online que se alargue durante años al estilo GTA Online. El calendario tampoco ayuda: de una ventana inicial apuntando a 2025 se ha pasado a sucesivos ajustes hasta llegar a un lanzamiento previsto para noviembre de 2026. Para más de un fan se siente como ver un tren de lujo avanzando muy despacio hacia la estación.
Queda la gran duda: ¿de verdad GTA 6 va a ser intocable durante 20 años? Si miramos la realidad del desarrollo, es muy poco probable. Otros estudios ya trabajan con Unreal Engine 5, nuevas herramientas de IA y pipelines de producción cada vez más sofisticados; nadie va a quedarse quieto observando. Y la propia Rockstar no va a querer que un futuro GTA 7 parezca un paso atrás. La conclusión más sensata es otra: GTA 6 tiene muchas papeletas para convertirse en el nuevo punto de referencia en escala, IA y atmósfera urbana para los mundos abiertos, y el resto de la industria pasará años estudiando cómo lo hicieron. Lo de que será inalcanzable durante dos décadas suena más a frase para titulares que a previsión realista. Por ahora, la etiqueta que mejor le encaja es la de siempre: 75 % probable. Las piezas encajan, la ambición va con el nombre, pero el verdadero tamaño del salto sólo lo veremos cuando estemos quemando rueda por las calles del nuevo Vice City.