¿Te has preguntado alguna vez qué puede estar ralentizando incluso a los programadores más experimentados? Sorprendentemente, es la IA. Irónicamente, la tecnología creada para aumentar la productividad ahora se convierte en un obstáculo para los desarrolladores.
Un estudio reciente pone en duda la idea ampliamente aceptada de que las herramientas de IA son una gran ayuda para los programadores experimentados. En lugar de acelerar su trabajo, la IA de hecho los ralentizó cuando trabajaban en proyectos que ya conocían bien.
El estudio, realizado por METR, una organización de investigación sin fines de lucro sobre IA, se centró en desarrolladores que usaron Cursor, un asistente de codificación basado en IA, en proyectos de código abierto que ya conocían. Los desarrolladores inicialmente pensaban que la IA les ahorraría tiempo, estimando que podría reducir el tiempo de trabajo hasta en un 25%. Sin embargo, después de usarla, muchos aún sentían que la IA los hacía un 20% más rápidos. Pero los datos reales mostraron una historia diferente: la IA aumentó el tiempo necesario para completar las tareas en un 19%.
Joel Becker y Nate Rush, los responsables de la investigación, se sorprendieron por los resultados. Rush, en particular, había previsto que la IA duplicaría la productividad. Esa es una suposición que muchos de nosotros tendríamos. Sin embargo, los resultados plantean serias dudas sobre la suposición de que las herramientas de IA aumentan de manera confiable la productividad de los desarrolladores experimentados, especialmente cuando se trabaja en proyectos grandes y complejos que ya se conocen bien.
El estudio reveló que, en lugar de acelerar el proceso, la IA obligó a los desarrolladores a pasar más tiempo revisando y corrigiendo las sugerencias de la IA. Aunque la IA los dirigió en la dirección correcta, rara vez entregaba exactamente lo que se necesitaba, lo que resultó en más tiempo dedicado a revisar, editar y, en algunos casos, descartar las sugerencias de la IA.
Los investigadores señalaron que estos resultados probablemente no se aplican a todos los casos. Los desarrolladores menos experimentados o aquellos que trabajan con proyectos desconocidos aún podrían beneficiarse de las herramientas de IA.
Los resultados de este estudio también nos ofrecen una visión de cómo los usuarios comunes de teléfonos inteligentes interactúan con las funciones basadas en IA en sus dispositivos. Desde la predicción de texto y asistentes de voz hasta las sugerencias para editar fotos, todos hemos experimentado cómo estas funciones a veces nos cuestan más tiempo del que nos ahorran. Ya sea corrigiendo un error de autocorrección, arreglando una foto mal editada o lidiando con un mensaje generado por IA que no tiene mucho sentido, todos nos damos cuenta de que la IA está lejos de ser perfecta. ¡A veces, la conveniencia tiene un costo de tiempo!
En última instancia, este estudio nos recuerda que la IA está lejos de ser perfecta y que su impacto en la productividad es mucho más complejo de lo que imaginábamos.