Intel ha lanzado un mensaje claro en la carrera de los semiconductores: su proceso 18A ya no es solo para chips x86. En una demo en vivo, la compañía mostró un SoC sin arquitectura x86 fabricado en 18A, capaz de manejar con soltura cargas reales como juegos 3D, animación y streaming de video 4K.
El chip de referencia contaba con siete núcleos CPU repartidos entre alto rendimiento, optimización y eficiencia, junto con PCIe y controladores de terceros.
Este movimiento deja claro que Intel quiere entrar con fuerza en los mercados ARM y RISC-V, con ARM como objetivo principal debido a su dominio en móviles y su presencia en los chips Apple M-series y Qualcomm Snapdragon. La meta es atraer a grandes clientes fabless y demostrar que puede competir de tú a tú con el proceso N2 de TSMC, no solo en x86, sino en un panorama CPU mucho más amplio.
Además del hardware, Intel ha actualizado sus herramientas para desarrolladores -como VTune Profiler- que ahora ofrecen soporte mejorado para SoCs no-x86 y un análisis más preciso del uso de CPU. Esto forma parte de su plan para posicionarse como fabricante por contrato de clase mundial y sacudirse la imagen de proveedor exclusivo de x86.
La demostración del 18A no fue solo un escaparate de potencia, sino un mensaje directo a potenciales clientes como Apple, Qualcomm e incluso NVIDIA: las fábricas de Intel están abiertas para nuevos negocios. Si logra entregar chips competitivos sin depender de subsidios, podría cambiar las reglas del juego en la guerra de procesadores.