Intel parece estar preparando un golpe fuerte en el mercado de tarjetas gráficas dedicadas.
Una nueva filtración apunta al chip Battlemage BMG-G31, que todo indica será la base de la futura Arc B770. Documentos de envío de NBD revelaron detalles del paquete del GPU, lo que sugiere que el lanzamiento podría estar mucho más cerca de lo que se pensaba.
Hasta ahora, la Arc B580 es la tarjeta más potente de Intel, construida sobre el chip BMG-G21. Aunque rinde bien, sigue limitada al rango de entrada y no llega a competir seriamente con modelos como la GeForce RTX 4070 Ti o la Radeon RX 7800 XT. El mismo chip G21 ha dado vida a variantes como la Arc B570 y versiones profesionales para estaciones de trabajo, como las Arc Pro B50 y B60. Pero el BMG-G31 es visto como el salto real hacia un segmento más alto que los usuarios llevan tiempo esperando.
El documento filtrado muestra que el envío del nuevo chip se registró en junio con medidas de unos 390 × 189 × 83 mm, apenas distintas de las del G21 (381 × 192 × 89 mm). Aun con dimensiones parecidas, se espera que el G31 cuente con bastantes más núcleos Xe2: hasta 32, acompañados de 16 GB de memoria y un bus de 256 bits. Esta combinación colocaría a Intel en una posición de competencia directa con NVIDIA y AMD, aunque probablemente con un precio más agresivo.
No obstante, algunos analistas señalan que este chip podría terminar en productos profesionales y no necesariamente en una tarjeta gaming. Intel ya ha reutilizado silicio en diferentes gamas antes. Aun así, la inclusión del BMG-G31 en las bibliotecas de Compute Runtime y los movimientos logísticos recientes hacen difícil descartar la llegada de una Arc B770 dirigida a jugadores.
Vale la pena recordar que la Arc B580 apareció en un documento similar unos dos meses y medio antes de salir oficialmente al mercado. Si Intel sigue la misma línea, la Arc B770 podría ver la luz a finales de 2025. Obviamente, los plazos siempre son inciertos – Intel ya retrasó productos previos – , pero todo apunta a que este modelo está en fases avanzadas.
De confirmarse, la Arc B770 tendría un gran impacto. NVIDIA y AMD han subido precios en los últimos años, generando malestar entre los jugadores. Muchos esperan una alternativa real que ofrezca potencia a un costo más razonable. Y no solo los gamers: creadores que trabajan con renderizado en 3D, como en Blender con Cycles, se beneficiarían de los 16 GB de VRAM tanto como de la capacidad de cómputo.
La gran incógnita es si Intel logrará mejorar la estabilidad de los controladores y la optimización de software, un punto débil en el pasado. El hardware promete mucho, pero la experiencia de uso será decisiva. Si esta vez la compañía cumple, la Arc B770 podría consolidar a Intel como un verdadero tercer jugador en un mercado que durante años ha sido un duopolio de NVIDIA y AMD.