El Intel Core Ultra 3 205 está dando mucho que hablar en la gama de entrada. Según los primeros análisis del reviewer coreano Bulls Lab, este procesador ofrece hasta un 48 % más de rendimiento en tareas multihilo frente al Core i3-14100 en Cinebench R23.
Es un salto enorme para una serie que durante años se veía como opción básica y poco más.
La clave de esta mejora está en la arquitectura híbrida. Mientras el i3-14100 solo cuenta con cuatro núcleos y ocho hilos gracias al Hyper-Threading, el Core Ultra 3 205 dobla la apuesta con ocho núcleos: cuatro de alto rendimiento (P-Cores) y cuatro de eficiencia (E-Cores). El resultado es que en tareas exigentes como renderizado, compilación o multitarea, la diferencia es brutal. Tanto, que el Ultra 3 205 se acerca peligrosamente al Core Ultra 5 225, que tiene dos núcleos más. En rendimiento monohilo no se espera un cambio tan grande, pero la evolución en multihilo ya marca la diferencia.
Otro punto destacado es la gráfica integrada. Mientras el i3-14100 sigue atado a la vieja UHD 730, el Ultra 3 205 incorpora una iGPU basada en Xe con frecuencia de hasta 1800 MHz. En 3DMark Time Spy, la mejora llega al 75 %, prácticamente igualando al Ultra 5 225. Esto permite jugar a títulos ligeros, reproducir contenido multimedia e incluso hacer algunas tareas creativas sin necesidad de una GPU dedicada. Para PCs compactos o presupuestos ajustados, es un detalle clave.
El precio, sin embargo, será determinante. Si Intel lo lanza alrededor de los 120 dólares, puede ser una opción muy atractiva para estudiantes o equipos de oficina. El problema es que se necesita una placa base nueva y todo apunta a que la plataforma solo tendrá soporte para una generación. Además, competidores como el Core i5-14400F, que ronda entre 130 y 140 dólares, ofrecen 10 núcleos, 16 hilos y seguramente un mejor rendimiento en juegos. Ahí es donde la decisión se complica.
Aun con esas dudas, hay que reconocerlo: la serie Core 3 por fin tiene músculo. El Ultra 3 205 combina un rendimiento multihilo serio, gráficos integrados decentes y la estrategia híbrida de Intel en un chip barato. Que triunfe o no dependerá del precio final y de si los usuarios están dispuestos a invertir en una placa base que quizá quede obsoleta rápido. Lo que sí está claro es que Intel dejó de descuidar el segmento más económico.