Intel se reinicia: despidos masivos, fábricas canceladas y una nueva estrategia
Intel está atravesando uno de sus momentos más críticos. Tras perder terreno frente a los chips M de Apple, la fuerte competencia de AMD y el auge de tecnologías ARM y empresas enfocadas en IA como Nvidia, el gigante de los semiconductores ha decidido hacer borrón y cuenta nueva en 2025.
En su informe del segundo trimestre, Intel anunció una reestructuración total. Bajo el liderazgo de su nuevo CEO, Lip-Bu Tan, la compañía está recortando gastos, cerrando proyectos innecesarios y enfocándose únicamente en lo esencial para seguir siendo relevante.
El impacto es enorme: de los 110.000 empleados que tenía a finales de 2024, se espera que solo queden 75.000 para finales de 2025. Son 35.000 despidos en un solo año, además de los 15.000 que ya ocurrieron previamente.
Entre los recortes están los grandes proyectos industriales que Intel había promocionado. La planta en Alemania y la instalación de ensamblaje en Polonia fueron canceladas definitivamente. El megacomplejo de 28.000 millones de dólares en Ohio fue retrasado nuevamente, sin fecha clara.
“Nos adelantamos demasiado al invertir y sobrestimamos la demanda”, admitió Tan. A partir de ahora, Intel solo construirá nuevas capacidades cuando tenga pedidos firmes. Nada de apostar a que el mercado responderá después.
Además, Tan está supervisando personalmente el diseño de cada nuevo chip. Con su experiencia previa en Cadence, quiere que los errores de diseño queden atrás y que todo funcione bien desde el primer intento.
El CFO David Zinsner asegura que ya se notan mejoras: menos costos, más eficiencia en capital y una recuperación en la salud financiera.
Mientras tanto, la línea Core Ultra (Serie 2) con vPro sigue en marcha, ofreciendo buen rendimiento, eficiencia energética y seguridad tanto para portátiles como equipos de escritorio.
¿Y qué significa esto para los usuarios? En el corto plazo, menos chips nuevos, ciclos de actualización más lentos y huecos en el catálogo. Mientras tanto, Apple, AMD y Qualcomm seguirán creciendo, impulsados por la IA y los chips ARM.
Pero si la jugada de Tan sale bien, podríamos ver un regreso fuerte de Intel, con chips más potentes, confiables y sin tanto margen de error.