La próxima generación de procesadores móviles de Intel, con nombre en clave Panther Lake, vuelve a ser protagonista de filtraciones que revelan detalles importantes sobre la serie Core Ultra 300.
Con un lanzamiento previsto para finales de 2025, esta familia apunta a ser mucho más que una simple actualización de Lunar Lake: ofrecerá un rango de consumo más amplio, gráficos integrados renovados y varias configuraciones pensadas para cubrir desde ultrabooks hasta portátiles gaming y consolas portátiles.
La información más reciente apareció en el repositorio CoreBoot, descubierta por el conocido filtrador @InstLatX64. Según los datos, Intel dividirá la línea en cuatro categorías: Standard, Base, Premium y el modelo tope de gama SuperSKU. Las diferencias no solo están en el número de núcleos de CPU, sino también en la potencia de la GPU integrada, un factor que cada vez pesa más en el mercado de dispositivos móviles.
La configuración más ambiciosa será la 4+8+12Xe: cuatro núcleos de alto rendimiento Cougar Cove (P-Cores), ocho núcleos eficientes Darkmont (E-Cores) y doce núcleos gráficos Xe3 basados en la arquitectura Celestial. Para ponerlo en contexto, los chips Lunar Lake se limitan a Xe2, de modo que este salto a Xe3 representa una mejora considerable en el apartado gráfico
. Además, se esperan versiones como 4+8+4Xe, 4+0+4Xe y un modelo muy eficiente 2+0+4Xe, lo que abre el abanico de posibilidades para diferentes tipos de dispositivos.
Cuando se lee “4+8+12Xe”, significa cuatro núcleos de performance, ocho de eficiencia y doce unidades gráficas Xe3. La inclusión de 12 Xe3 entusiasma especialmente a quienes buscan jugar o crear contenido en portátiles, ya que podría rivalizar con GPUs discretas de gama baja en escenarios ligeros.
Otro detalle llamativo es el aumento del consumo. Mientras inicialmente se esperaba un límite de 45W, nuevos documentos señalan que el modo turbo (PL2) podrá alcanzar 64W. En paralelo, las configuraciones básicas arrancan en 15W para la serie U y en 25W para la serie H.
Este salto abre la puerta a mayores frecuencias y rendimiento, aunque también plantea el reto de gestionar calor y autonomía.
En comparación, los Lunar Lake se mueven en un rango de 17W a 30W. Panther Lake, en cambio, eleva el techo energético, lo que dará a los fabricantes más margen: optimizar para potencia bruta o para duración de batería, según el diseño térmico de cada equipo. Esto es especialmente importante para el segmento de consolas portátiles, donde cada vatio cuenta.
Los documentos también mencionan varios estados de energía – PL1, PL2, PL3 y PL4 – que permitirán picos temporales por encima del turbo convencional. Estos modos extra seguramente estarán reservados para portátiles de gama alta con sistemas de refrigeración avanzados, útiles en cargas breves como el inicio de un juego o la exportación de un vídeo.
A nivel arquitectónico, Panther Lake usará núcleos Cougar Cove (P-Cores), Darkmont (E-Cores), posibles Skymont para escenarios de bajo consumo y la nueva GPU Xe3 Celestial. Se confirma así la apuesta híbrida de Intel, pero con un refuerzo claro en la parte gráfica.
Por supuesto, hay que recordar que todos estos datos son preliminares y podrían cambiar antes del lanzamiento. Sin embargo, la reiteración de las mismas especificaciones en múltiples fuentes y su presencia en la Computex 2025 sugieren que estamos ante configuraciones muy cercanas a las definitivas. Lo evidente es que Panther Lake no será un simple refresco, sino una estrategia para competir directamente con AMD y, al mismo tiempo, plantar cara a los chips de Apple en el segmento premium.
Con la creciente demanda de equipos móviles capaces de rendir en juegos, edición y creación de contenido, Panther Lake se perfila como un movimiento clave. Más potencia en CPU y GPU, junto con perfiles energéticos flexibles, convierten a la serie Core Ultra 300 en una de las apuestas más ambiciosas de Intel para 2025 y los años siguientes.