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iOS 26 y Liquid Glass: la nueva apuesta de Apple para el iPhone

por ytools
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El iOS 26 llegó y no tardó en convertirse en tema de debate entre los usuarios de iPhone. La nueva versión trae consigo la llamativa estética Liquid Glass y funciones útiles como Live Translate o un filtro de spam más potente. Pero también llegaron las quejas: mayor consumo de batería, pequeños lags y un diseño que no a todos convence.
iOS 26 y Liquid Glass: la nueva apuesta de Apple para el iPhone
Después de una semana probándolo, mi conclusión es clara: no es un desastre, pero tiene suficientes fallos como para hacer dudar a más de uno sobre si valía la pena actualizar tan pronto.

Del iOS 18 al iOS 26: qué pasó con las versiones

Muchos se sorprendieron al ver que Apple pasó directamente del iOS 18 al iOS 26. No se perdieron ocho actualizaciones en el camino, fue una decisión de la empresa: unificar la numeración de todos sus sistemas. Así, iOS, iPadOS, macOS, watchOS y visionOS ahora comparten el mismo número de versión, que corresponde al ciclo 2025–2026. De esta forma, se acabó la confusión de antes, cuando cada dispositivo tenía un número distinto.

Los primeros problemas: batería y fluidez

Una de las quejas más repetidas es el agotamiento rápido de la batería. No es raro que tras un gran update el iPhone consuma más energía: el sistema trabaja en segundo plano reindexando archivos, optimizando apps y descargando recursos. Eso se traduce en menos autonomía y una sensación de lentitud durante los primeros días. En algunos casos, la situación mejora después de una semana; en otros, los usuarios insisten en que iOS 18 era más estable.

Tampoco faltan comentarios sobre fallos menores: apps que tardan más en abrirse, iconos que no responden bien o animaciones menos fluidas. Detalles pequeños, pero que en conjunto generan frustración. No es casualidad que las búsquedas de “cómo volver a iOS 18” hayan explotado, aunque Apple no ofrezca oficialmente esa opción.

Liquid Glass: la apuesta estética de Apple

El gran cambio visible es Liquid Glass, un estilo basado en transparencias, desenfoques y capas con efecto cristal. Visualmente es llamativo, moderno e incluso elegante en algunos contextos: nuevos fondos, la app Fotos, la interfaz del Teléfono. Pero no todos están convencidos.

Las críticas más comunes son:

  • Dificultad de lectura: demasiada transparencia complica distinguir textos y notificaciones.
  • Inconsistencia: no todas las apps aplican el efecto igual, lo que rompe la experiencia unificada.
  • Impacto en rendimiento: los efectos demandan más potencia y en modelos más antiguos como el iPhone 11 o 12 afectan aún más la batería.

En mi experiencia, Safari es donde más se nota lo negativo. Cerrar pestañas requiere pasos extra y los fondos translúcidos dificultan la lectura de las páginas. Lo que antes era práctico y limpio, ahora se siente adornado pero menos funcional.

¿Se puede desactivar Liquid Glass?

La respuesta corta es no. Apple lo integró en todo el sistema y no hay un botón para volver al estilo anterior. Lo único que se puede hacer es activar Reducir Transparencia en Accesibilidad. Esto suaviza el efecto, pero no lo elimina. Para quienes no soportan el nuevo look, la falta de opción se siente como una imposición.

Lo bueno de iOS 26

No todo son críticas. El sistema también trajo mejoras útiles:

  • Live Translate: traducciones en tiempo real en distintas apps, perfecto para viajar.
  • Filtro de spam mejorado: bloquea llamadas y mensajes sospechosos con mayor precisión.
  • Widgets en pantalla de bloqueo: ahora se pueden personalizar con más libertad.

Estas funciones son realmente prácticas y elevan la experiencia diaria. Pero está claro que la discusión principal sigue centrada en el diseño de Liquid Glass.

La visión a futuro de Apple

Todo apunta a que Apple busca unificación. Quiere que la experiencia sea la misma en iPhone, iPad, Mac y Vision Pro. Incluso hay rumores de que el iPhone 18 Pro incorporará elementos de hardware con estética translúcida. Y con iOS 27, la compañía probablemente redoble la apuesta, tal vez acercándose al concepto de un iPhone semitransparente.

Si eso es lo que los usuarios quieren o no, es otra historia. Pero la experiencia dice que Apple termina imponiendo tendencias: el notch fue odiado y hoy es normal, el diseño plano de iOS 7 fue polémico y ahora nadie lo cuestiona. Lo mismo podría ocurrir con Liquid Glass: molesta hoy, pero dentro de unos años se sentirá natural.

¿Conviene actualizar ya?

Si buscas estabilidad total, quizá sea mejor esperar un poco. Si ya diste el salto, lo recomendable es paciencia: el sistema se estabiliza y la batería mejora con los días. Pero si odias el efecto cristal, no hay escapatoria: no existe forma oficial de volver atrás. Con futuras actualizaciones, iOS 26 debería pulirse, aunque la primera impresión haya dejado dudas.

En resumen, iOS 26 no es un fracaso, sino un paso audaz hacia la visión de futuro de Apple. Un sistema que brilla en algunos aspectos, tropieza en otros y que obliga al usuario a decidir si sigue el ritmo de Apple o prefiere esperar a una versión más madura.

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