
iPad Pro M5: potencia desbordante en un cuerpo que no la merece
El nuevo iPad Pro con chip M5 es un prodigio de ingeniería, pero también un ejemplo de exceso. Es como ponerle un motor de avión a una bicicleta: impresionante, sí, pero innecesario. Apple ha creado una bestia de rendimiento que roza la potencia de una computadora profesional, pero la ha encerrado en el mismo cuerpo delgado y limitado de siempre. Y eso, al final, convierte al M5 iPad Pro en una joya desaprovechada.
El chip M5 es pura fuerza bruta. Cuenta con 10 núcleos – cuatro de alto rendimiento a 4,6 GHz y seis de eficiencia a 2,95 GHz – acompañados de 16 MB de caché L2. Su GPU de 10 núcleos con aceleradores neuronales integrados, más un motor neuronal de 16 núcleos, lo convierten en una máquina que maneja tareas de IA y aprendizaje automático sin despeinarse. A eso se suman 16 GB de memoria unificada LPDDR5X y un ancho de banda de 153 GB/s. Es un nivel de potencia que parece más apropiado para una estación de trabajo que para un simple tablet.
En las pruebas, el M5 supera al M4 con un 14 % más de rendimiento en un solo núcleo y un 15 % más en múltiples. De hecho, se acerca peligrosamente al M1 Ultra, el chip que Apple usa en equipos de escritorio profesionales. Pero esa fuerza queda atrapada: el formato del iPad y las limitaciones del iPadOS impiden aprovechar todo su potencial. Es como tener un Ferrari en un camino de tierra: puedes arrancar el motor, pero no llegarás muy lejos.
¿Y la batería? Ahí viene el golpe. Tras unas tres o cuatro horas de trabajo intenso – como edición de video o modelado 3D – la energía se agota. Y cuando lo conectas al cargador, se esfuma toda la idea de movilidad. Si necesitas un cable todo el tiempo, ¿no sería mejor usar directamente un MacBook Pro? Por más accesorios que le pongas, sigue siendo un tablet disfrazado de computadora.
Lo frustrante es que Apple tiene el poder para cambiar esto, pero no la intención. Prefiere mantener el iPad en una zona intermedia: demasiado caro para un usuario casual, demasiado limitado para un profesional. El resultado es un dispositivo tan fascinante como contradictorio. Un prodigio técnico atrapado en una jaula de diseño minimalista.
En resumen, el iPad Pro M5 es un símbolo del perfeccionismo de Apple: hermoso, rápido y espectacular, pero también contenido y restringido. Es el tablet más potente del mundo, pero no el más libre. Un lujo tecnológico que brilla con potencia… pero sin propósito.