Cada nueva actualización de Apple parece traer consigo más problemas que soluciones. Con iPadOS 26 y su flamante rediseño Liquid Glass, la compañía buscaba impresionar a los usuarios con un aspecto renovado. Sin embargo, lo que se está imponiendo en la conversación son los fallos. El más molesto para muchos dueños del iPad Mini de 7ª generación es el teclado flotante: en aplicaciones como la App Store comienza a temblar sin parar, lo que hace prácticamente imposible escribir.
No ocurre en todas las apps, pero cuando pasa resulta desesperante.
Además, funciones básicas del teclado también se ven afectadas. Al mantener pulsada la tecla de punto “.” para acceder a atajos como “.com” o “.net”, el teclado hace zoom y no permite seleccionar nada. Para quienes usan estos accesos rápidos de forma constante, el error es un obstáculo serio en la productividad diaria.
A esto se suma otro problema de peso: AirDrop simplemente no funciona entre los iPhone 17 y los MacBook. Para quienes transfieren fotos y videos de forma habitual, la función se vuelve inútil. Y como si fuera poco, la actualización de macOS Tahoe ha dejado a muchos portátiles más lentos: los MacBook Pro activan los ventiladores con solo abrir el navegador y los MacBook Air se sienten mucho más pesados que antes.
Todo esto genera la sensación de que Apple ha priorizado el diseño por encima de la estabilidad. Algunos usuarios aseguran que no tienen ningún fallo – generalmente con modelos más nuevos – , mientras que otros dicen que se topan con bugs todos los días. La gran pregunta es: ¿se trata de errores que afectan solo a ciertos dispositivos o Apple está lanzando actualizaciones apresuradas sin testear lo suficiente?
Hasta que lleguen los parches, los dueños de un iPad Mini deberán lidiar con un teclado casi inutilizable y quienes dependen de AirDrop tendrán que convivir con la frustración.