Apple parece lista para dar un golpe de autoridad en el terreno de la conectividad móvil: todo apunta a que el iPhone 18 será el primero en incorporar un módem 5G diseñado íntegramente por la propia compañía.
Mientras que los actuales iPhone 17 y 17 Pro siguen dependiendo de los chips de Qualcomm, los rumores y declaraciones recientes dejan claro que el cambio está a la vuelta de la esquina.
En una entrevista con CNBC, Arun Mathias, vicepresidente de Tecnologías y Ecosistemas Inalámbricos de Apple, dejó escapar la clave. Explicó que la prioridad había sido el iPhone Air, que ya cuenta con el módem C1X desarrollado en casa. Aunque destacó la calidad de la serie iPhone 17, remarcó que a lo largo del tiempo veremos las soluciones de Apple integradas en más productos.
La respuesta de Mathias confirma lo que filtraciones y analistas llevan tiempo adelantando: el iPhone 18 Pro, y probablemente también el modelo estándar, llegarán con el módem propio de Apple. Esta jugada no solo reduciría la dependencia de Qualcomm, sino que permitiría a la empresa de Cupertino controlar aún más su ecosistema y optimizar la integración entre hardware y software.
No se trata de un experimento improvisado. El módem C1 del iPhone 16e y el C1X del iPhone Air ya mostraron que Apple tiene la capacidad de competir en este campo. Desde la compra de la división de módems de Intel en 2019, el gigante tecnológico ha invertido en mejorar eficiencia energética, estabilidad de señal y adaptación a distintas bandas. Estos avances podrían significar mejor autonomía y conexiones más fiables cuando se implementen en los modelos insignia.
El panorama de la competencia demuestra lo difícil que es este desafío. Samsung, por ejemplo, fabrica los módems de la serie Pixel 10 de Google, pero sigue confiando en Qualcomm para sus Galaxy S25. Solo con el Galaxy S26 se espera que dé el salto al Exynos 2600 como módem principal. Este contexto refleja la complejidad de desligarse de Qualcomm, líder absoluto en el sector durante años.
Para el usuario común, la diferencia puede ser poco perceptible al principio. La velocidad de navegación o la calidad de las llamadas no cambiarán drásticamente de un día para otro. Pero en el plano estratégico, la decisión es enorme: Apple asegura independencia tecnológica, abre la puerta a reducir costes en el futuro y se posiciona mejor para estándares como el 6G o la conectividad satelital. El iPhone 18, aunque en apariencia sea una evolución moderada, podría marcar un antes y un después en la historia inalámbrica de la compañía.