iPhone 18 Pro y iPhone 18 Pro Max aún están a distancia de calendario – si nada cambia, aparecerán hacia el final del tercer trimestre de 2026 – , pero las primeras señales dibujan un giro estético y técnico poco habitual para Apple. Las filtraciones que circulan en la cadena de suministro apuntan a dos decisiones que reescriben el lenguaje visual del iPhone: un punch-hole milimétrico para la cámara frontal y una tapa trasera transparente o translúcida que convierte la ingeniería en parte del espectáculo. 
Más que capricho, parece un paso pensado para acercar la línea a la visión de 2027: un iPhone casi continuo, con el mínimo de interrupciones visibles.
Agujero en pantalla: ¿la nueva etapa de la Dynamic Island?
El filtrador Digital Chat Station asegura que Apple evalúa una solución HIAA (Hole-In-Active-Area), capaz de perforar la zona activa del panel con tolerancias de fábrica extremadamente ajustadas. Traducido: el iPhone 18 Pro cambiaría la pastilla actual por un orificio pequeño y limpio, rodeado por píxeles que mantienen su uniformidad sin halos ni dentados. La duda obvia es qué pasa con la Dynamic Island. Algunos informes llevan tiempo apostando por mover parte del sistema TrueDepth del Face ID bajo la pantalla; otras voces, como la de Mark Gurman, son prudentes con los plazos. Entre medias, cobra fuerza una tercera vía: que Apple reorqueste la interfaz en torno a un orificio más discreto, con animaciones y tarjetas más contenidas, para que el cambio parezca decisión de diseño y no concesión técnica.
Trasera transparente: mostrar la máquina sin perder la elegancia
El rumor más llamativo es la carcasa trasera transparente o semitransparente, combinada con un módulo de cámara horizontal de gran presencia (el conocido DECO). La referencia a Nothing es inevitable, pero el enfoque de Apple, si llega, será previsiblemente más sobrio: líneas limpias, zonas visibles donde tiene sentido y tratamientos de superficie que mantengan el aura premium del Pro. Detrás del efecto hay retos reales: disipación térmica, resistencia a caídas, riesgo de microarañazos y, muy importante, rendimiento de antenas. Con antecedentes como Ceramic Shield y el cuidado en las “ventanas” de radio, es razonable esperar laminaciones, blindajes internos y recubrimientos específicos para que el nuevo look no comprometa la robustez.
Cámaras: diafragma variable y teleobjetivo de 48 MP
En fotografía, los indicios confluyen en dos movimientos clave. Primero, una cámara principal con diafragma variable, que se abre en baja luz para capturar más fotones y se cierra a pleno sol para ganar profundidad de campo y microcontraste. Bien casada con la tubería computacional de Apple, esta óptica puede reducir el desenfoque por movimiento, conservar tonos de piel naturales y evitar que el ISO se dispare a la mínima. Segundo, un teleobjetivo de 48 megapíxeles que promete zoom con más detalle, recortes más limpios en vídeo 4K y retratos con mejor textura. A ello se sumaría un sensor apilado en tres capas, con lectura más rápida y menos ruido, apuntalando la estética fotográfica que la marca ha consolidado: color creíble, ruido contenido y noche sobria, sin acuarelas ni artificios agresivos.
Botón de cámara, materiales y refrigeración
Pequeña decisión, gran impacto: se rumorea que el botón dedicado a la cámara perdería la capa capacitiva de inducción y quedaría en manos de un sensor de presión. Eso significa menos toques fantasma bajo lluvia o con guantes, un medio-recorrido más claro para enfocar y una sensación de disparo más controlada. En el frente térmico, los Pro podrían adoptar una cámara de vapor de acero inoxidable, típica de móviles gaming, para repartir calor y sostener la potencia en sesiones largas. Y el iPhone 18 Pro Max estrenaría una batería con carcasa de acero, un cambio estructural que añade rigidez, puede mejorar la seguridad y facilita la evacuación de calor.
Silicio y conectividad: 2 nm y empaquetado CoWoS
En el interior, las quinielas señalan al A20 Pro, fabricado en el nodo de 2 nm de TSMC con empaquetado CoWoS (Chip on Wafer on Substrate). En la práctica: transistores más densos y data paths más cortos entre CPU, GPU, memoria unificada y motor neuronal. Resultado esperado: eficiencia superior a igual carga, mayor techo para funciones de IA en el dispositivo y estabilidad de fotogramas en apps gráficas. Todo ello rematado por un módem C2 de la casa, que refuerza el control de Apple sobre radio y consumo.
Formatos, botón de control y nuevos colores
Se prevé continuidad en diagonales: 6,3 pulgadas para el iPhone 18 Pro y 6,9 pulgadas para el Pro Max, una elección que facilita a fabricantes de accesorios y mantiene proporciones familiares. También se apunta a un ajuste en el botón de control de cámara del próximo año: adiós a la capa capacitiva, todo el peso en la lectura por presión. En la paleta de prueba suenan marrón, morado y burdeos, tonos más maduros que encajan con un acabado translúcido y un módulo horizontal protagonista.
Hoja de ruta: menos ruido visual, más intención
Al juntar las piezas – orificio mínimo al frente, ingeniería a la vista atrás, controles más precisos, refrigeración robusta y sensores más rápidos – aparece una pauta clara: limpiar la fachada sin esconder la técnica. Si 2027 trae realmente un iPhone cercano a una losa de vidrio, el iPhone 18 Pro sería el puente: utilizable y reconocible hoy, pero sintonizado con lo que viene mañana.
Realismo: es pronto y puede cambiar
No conviene olvidar el calendario. Hasta el final del Q3 de 2026 hay margen para iteraciones, cambios de proveedor y decisiones que se quedan en el laboratorio. Así que tomemos estas pistas como un boceto bien informado, no como plano de producción. Aun así, las líneas maestras suenan coherentes: punch-hole en el frontal, trasera translúcida, diafragma variable, cámara de vapor, chip de 2 nm, módem propio y una filosofía de producto que suprime el ruido visual mientras mejora lo que importa: rendimiento sostenido y fotografía fiable.
Si la apuesta se cumple, los iPhone 18 Pro no serán una vuelta de tuerca anual, sino la declaración más explícita de Apple en años: un teléfono que literalmente enseña su ingeniería sin renunciar al refinamiento.