Apple vuelve a barajar su calendario del iPhone. Según informaciones de la cadena de suministro, el iPhone Air 2 no llegará en septiembre junto al rumoreado iPhone Fold, el iPhone 18 Pro y el iPhone 18 Pro Max. El foco se desplaza hacia una ventana mucho más tardía. En los planes que circulaban hasta ahora, el iPhone 18 «base» y el más económico iPhone 18e se reservaban para la primavera de 2027; ese mismo periodo es ahora el candidato natural para el Air 2 si el proyecto continúa.
La explicación es prosaica: el primer iPhone Air vendió por debajo de lo previsto. 
Como consecuencia, Apple habría recortado pedidos y enfriado la producción. Las pistas en fábrica apuntan en esa dirección: proveedores clave están reduciendo turnos, y otros ya habrían detenido líneas desde octubre. No es una cancelación oficial, pero en el universo Apple este tipo de frenadas es la señal silenciosa de que la estrategia se está revisando.
El problema del «cuarto iPhone»
Desde hace años, Apple intenta fijar una cuarta opción estable junto al trío tradicional – modelo base, Pro y Pro Max – . El mini enamoró a una minoría ruidosa, pero no escaló. El Plus sumó tamaño sin un motivo de compra contundente. El Air nació como la propuesta fina y elegante del punto medio, pero corre el riesgo de quedar atrapado entre precio y prestaciones si no ofrece una identidad propia más allá de la silueta.
La realidad del mercado es menos romántica: el comprador medio busca valor claro. O bien el iPhone accesible que se sienta moderno varios años, o bien los Pro, donde mejoras en cámara, pantalla y rendimiento son evidentes. Un cuarto modelo no puede ser «un poquito más delgado»; tiene que responder a la pregunta «¿por qué existe?» con argumentos tangibles.
Límites de diseño y la segunda cámara
Los rumores hablan de una doble cámara trasera para el próximo Air. Sobre el papel suena obvio, pero el chasis ultrafino complica la ecuación: óptica, sensores, estabilización, batería y gestión térmica pelean por milímetros y por el presupuesto del BOM. Encajar dos cámaras sin engordar el “plateau”, sin penalizar autonomía y sin subir demasiado el precio exige concesiones que Apple evita cuando son visibles para el usuario.
eSIM, nano-SIM y realidades locales
Otra pieza poco glamourosa pero decisiva: la conectividad. El eSIM avanza, sí, pero varios mercados siguen prefiriendo nano-SIM física. Existen adaptadores y apaños, pero el retail y las operadoras escalan con soluciones simples. Una variante con bandeja física podría destrabar acuerdos regionales y mover el volumen que al Air le ha faltado.
Si no es Air, puede ser Fold – y el horizonte de 2027
La alternativa que gana enteros es que el iPhone Fold ocupe la cuarta pata de la mesa. Diferenciaría la familia al instante y ofrecería un nuevo peldaño a quien ya está en Pro Max. El riesgo es el precio: si queda muy por encima, el hueco del medio seguirá vacío. Si el Air 2 no se cancela, el escenario más verosímil es verlo junto a iPhone 18 y 18e en primavera de 2027, con tiempo para recalibrar posicionamiento, ingeniería y cadena de suministro.
Qué observar a partir de ahora
Sin palabra oficial de Cupertino, seguimos hablando de reportes, no de veredictos. Aun así, las piezas encajan: demanda tibia del primer Air, proveedores levantando el pie y una Apple que replantea cómo un cuarto iPhone aporta sentido sin canibalizar a los demás. Si el Air 2 vuelve, tendrá que hacerlo con propósito nítido: batería convincente, cámara con salto real, precio comprensible y opciones que respeten las particularidades locales. Si no, la lección quedará clara: el cuarto asiento necesita algo más que un perfil bonito.