El iPhone Air se ha convertido en un auténtico fenómeno en China: se agotó en cuestión de horas tras el inicio de las preventas. A pesar de ser el iPhone más delgado que Apple ha lanzado hasta ahora, y de haber hecho algunos sacrificios técnicos para conseguirlo, la apuesta por el diseño minimalista ha resultado un éxito rotundo. Según los informes, las existencias desaparecieron rápidamente tanto en las tiendas en línea como en los Apple Store físicos. 
Una vez más, Apple demuestra que cuando lanza algo fino, elegante y con su logo, los consumidores no dudan en comprarlo.
El medio South China Morning Post informó que el lanzamiento coincidió con la visita de Tim Cook a China, un movimiento estratégico para reforzar la presencia de Apple en el mayor mercado de smartphones del mundo, en plena tensión comercial con Estados Unidos. La versión con eSIM no pudo ponerse a la venta hasta recibir la aprobación regulatoria, un mes después de su estreno global. Y cuando finalmente obtuvo luz verde, miles de personas hicieron fila en Pekín, Shanghái y Tianjin, mientras los pedidos online colapsaban los servidores de la compañía. Actualmente, los envíos se retrasan entre una y dos semanas debido a la enorme demanda.
El éxito no se explica solo por la expectación mediática, sino por el equilibrio entre estética, ligereza y potencia. El iPhone Air mantiene la autonomía y el rendimiento de los modelos más potentes, pero en un cuerpo ultrafino y de aspecto premium. A diferencia del iPhone 16, que necesitó descuentos para mantener las ventas, el iPhone Air y la línea iPhone 17 se venden por sí solos. El sitio oficial de Apple en China incluso se cayó temporalmente debido al exceso de tráfico, y solo JD.com registró 3,7 millones de reservas, dentro de un total de más de 5 millones en el país.
La moda también influye. En China, los jóvenes asocian los dispositivos delgados con estatus y sofisticación, y el nuevo iPhone encaja perfectamente con ese ideal. Apple no solo vende un smartphone, sino un símbolo de elegancia y éxito. Y eso se nota en la reacción del público, que ha hecho del iPhone Air un objeto de deseo instantáneo.
Sin embargo, los analistas advierten que el verdadero reto será mantener la demanda en las próximas semanas. Huawei prepara el lanzamiento de su Mate 80, con un procesador Kirin renovado y precios más competitivos, lo que podría restarle protagonismo a Apple. Aun así, la compañía de Cupertino parece haber recuperado la fórmula del éxito en China: tecnología, diseño y una imagen de prestigio que la competencia no logra igualar.
En contraste, Samsung vive un momento complicado. Tras las flojas ventas del Galaxy S25 Edge, la marca habría decidido cancelar el futuro Galaxy S26 Edge. La desconfianza de los consumidores chinos persiste desde el escándalo de las baterías explosivas del Note 7, y aunque la empresa surcoreana invierte en publicidad y promociones, su imagen no termina de recuperarse. Mientras Apple simboliza calidad y lujo, Samsung lucha por no quedarse atrás en un mercado cada vez más exigente.
El triunfo del iPhone Air va más allá de los números: es una declaración de fuerza. Apple demuestra que sigue siendo capaz de marcar tendencia y dominar el mercado más competitivo del planeta, incluso frente a rivales locales cada vez más fuertes.