
iPhone Fold: así podría ser el primer iPhone plegable solo con eSIM de Apple
Lo que hace unos años sonaba a sueño húmedo de fanboy empieza a tomar forma de producto real. Cada vez más filtraciones apuntan a que Apple trabaja en un iPhone plegable, conocido de momento como iPhone Fold, y que este modelo no solo debutaría un nuevo formato, sino también un cambio de época en conectividad: nada de bandeja física para la tarjeta SIM, solo eSIM integrada.
La última pieza del rompecabezas llega del filtrador chino Instant Digital, que asegura que el iPhone Fold llegará al mercado como un dispositivo eSIM-only. Sus declaraciones encajan con los informes previos de Mark Gurman, de Bloomberg, y del analista Ming-Chi Kuo, dos de las fuentes más fiables cuando se trata de anticipar movimientos de Apple. Cuando varios nombres con buen historial coinciden, el rumor deja de ser humo y pasa a zona de alta probabilidad: muchos lo sitúan ya alrededor de un 75 % de posibilidades.
La gran pregunta es evidente: ¿por qué arriesgarse con un cambio tan delicado precisamente en el primer iPhone plegable? La respuesta está dentro del chasis. Un móvil plegable es un pequeño rompecabezas de ingeniería: bisagra compleja, varias capas de pantalla flexible, estructura interna reforzada, cables adicionales y sistemas de protección ocupan prácticamente cada milímetro. Si además el objetivo de Apple es ofrecer un equipo muy delgado y elegante, cualquier componente considerado prescindible se convierte en candidato a desaparecer. Y el módulo físico de SIM, con su bandeja, junta y conectores, es uno de los primeros en la lista.
Eliminar el slot de SIM no solo libera algo de espacio interno; también simplifica la construcción. Menos agujeros en el marco implica menos puntos de entrada de agua y polvo, y una estructura más rígida, algo clave cuando el dispositivo se dobla y se abre varias veces al día. Ese espacio extra se puede dedicar a lo que el usuario sí nota en el día a día: unos miliamperios más de batería, una cámara de vapor más grande para mantener el rendimiento sostenido, mejores antenas 5G o incluso un módulo de audio más potente.
Por supuesto, el movimiento tiene letras pequeñas. El salto a modelos solo con eSIM ya ha generado fricciones en algunos mercados, y China es el ejemplo más claro: durante años hubo mucha reticencia regulatoria hacia la eSIM, y Apple tuvo que negociar con operadores y autoridades para desbloquear el uso masivo de esta tecnología. Si el iPhone Fold llega sin bandeja de SIM, será imprescindible que Apple tenga todo ese trabajo diplomático hecho antes del lanzamiento, especialmente en países donde la cultura de la tarjeta prepago física sigue muy arraigada.
En cuanto al diseño, los rumores dibujan un plegable tipo libro. Abierto, el iPhone Fold funcionaría casi como un pequeño iPad, con una pantalla OLED principal de unas 7,74 pulgadas y formato 4:3, pensada para leer, ver vídeo y trabajar con varias apps a la vez. Cerrado, el protagonismo pasaría a un panel exterior de 5,49 pulgadas para las tareas rápidas: ver notificaciones, contestar mensajes, usar mapas o revisar redes sociales sin necesidad de desplegar el dispositivo constantemente.
Uno de los objetivos más ambiciosos sería reducir al mínimo el famoso pliegue en el centro de la pantalla. Muchos plegables actuales muestran un surco visible y palpable justo donde la pantalla se dobla, algo que rompe la experiencia premium. Apple, según las filtraciones, estaría apostando por una bisagra rediseñada y nuevas capas en el panel para que el pliegue apenas se perciba. Si lo consigue, el iPhone Fold podría sentirse mucho más cercano a un iPad que, casualmente, se dobla, y menos a un prototipo futurista con compromisos visibles.
Para mantener a raya la temperatura, se habla de una cámara de vapor dedicada, cada vez más habitual en la gama alta para evitar el estrangulamiento térmico. En el corazón del dispositivo se espera un chip A20 Pro acompañado de 12 GB de RAM y un módem 5G propio identificado como C2. Con ello, Apple seguiría su estrategia de controlar cada pieza importante del hardware, desde el procesador hasta el módem, para exprimir al máximo el rendimiento y la eficiencia energética, algo especialmente importante en un formato que invita a la multitarea intensiva.
Otra posible diferencia con los iPhone recientes estaría en la biometría. Varios filtradores apuntan a que el iPhone Fold podría apostar más por Touch ID que por un sistema Face ID completo, bien con el lector integrado en el botón lateral de encendido, bien bajo el propio cristal. En un cuerpo donde hay que encajar bisagra, marcos finos y módulos de cámara, replicar todo el hardware de Face ID puede ser demasiado costoso en espacio. El lector de huellas, en cambio, ocupa menos volumen y devuelve a muchos usuarios su método favorito para desbloquear el móvil, especialmente cómodo sobre la mesa o con mascarilla.
El sistema de cámaras no parece que vaya a ser un simple relleno. En la parte trasera se rumorea un módulo doble con sensor principal de 48 megapíxeles, heredando los avances en detalle y fotografía nocturna de los iPhone Pro. Para la parte frontal, se baraja una cámara bajo la pantalla interna con resolución de hasta 24 megapíxeles, de modo que el panel principal quede totalmente limpio, sin notch ni perforaciones. Es un enfoque muy coherente con la idea de usar ese gran panel para contenido inmersivo, juegos y multitarea sin distracciones visuales.
Al alimentar todo este conjunto, las filtraciones apuntan a una batería considerable, en el rango de 5400 a 5800 mAh. Es un salto notable respecto a los iPhone clásicos, pero lógico si sumamos dos pantallas, 5G permanente, un chip muy potente y un uso intensivo de apps en paralelo. La meta implícita sigue siendo la misma: ofrecer un día completo de autonomía real en un dispositivo que, según todo apunta, se situará en lo más alto del catálogo en precio y prestaciones.
Y hablando de precio, las cifras que se manejan no son para estómagos sensibles. Los analistas hablan de un punto de partida cercano a los 2399 dólares, lo que coloca al iPhone Fold por encima de muchos plegables Android y muy lejos de los iPhone de entrada. Apple estaría apuntando claramente a early adopters, creadores de contenido, profesionales que viven en el ecosistema de la marca y usuarios dispuestos a pagar por la versión más avanzada y llamativa del iPhone, no al comprador medio que cambia de móvil cada tres o cuatro años.
En cuanto al calendario, la ventana más repetida es la segunda mitad de 2026. Ese margen le da a Apple tiempo para pulir el hardware, adaptar iOS a la pantalla plegable, convencer a desarrolladores clave para que optimicen sus apps y asegurar capacidad de producción de paneles flexibles a gran escala. Las previsiones de envío hablan de entre 7 y 9 millones de unidades en el primer año, un lanzamiento ambicioso pero controlado, lejos de una sustitución total de la gama actual.
En resumen, el iPhone Fold se perfila como la mezcla perfecta entre experimento de formato y declaración de intenciones sobre el futuro de la conectividad móvil. Un iPhone plegable y solo con eSIM puede resultar incómodo para quienes viajan mucho y cambian de SIM física en cada país, o para los que gestionan varias líneas con tarjetas distintas. Pero, visto desde Cupertino, encaja con la filosofía de limpiar el diseño, reducir piezas mecánicas y adelantarse a la siguiente fase del mercado. Si operadores y reguladores siguen empujando la eSIM, es muy posible que sea un producto como el iPhone Fold el que acelere el adiós definitivo a la vieja tarjeta de plástico.