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Johny Srouji sigue en Apple: qué significa realmente para el futuro de la compañía

por ytools
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Durante varios días dio la sensación de que Apple estaba a punto de perder al hombre que, sin grandes focos ni frases grandilocuentes en el escenario, ha redefinido el corazón de sus productos. Johny Srouji, responsable máximo de los chips propios de la compañía y vicepresidente sénior de Hardware Technologies, apareció en titulares como posible baja importante.
Johny Srouji sigue en Apple: qué significa realmente para el futuro de la compañía
Ahora, según relatan asistentes a una reunión interna, se habría pronunciado con la claridad que todos esperaban: se queda en Apple.

Dentro de la organización, Srouji no es simplemente un directivo más en el organigrama. Es el arquitecto de la estrategia Apple Silicon, el giro que permitió romper con la dependencia de proveedores tradicionales de procesadores y apostar por diseños internos pensados a medida para Mac, iPhone y otros dispositivos. Cada decisión que toma influye en años de productos futuros, desde el rendimiento de un portátil hasta la autonomía de un teléfono.

De acuerdo con las filtraciones de esa reunión, Srouji habría subrayado que le encanta su equipo, que disfruta su trabajo en Apple y que no planea marcharse en el corto plazo. No fue una promesa eterna, pero sí un mensaje lo bastante contundente como para enfriar los rumores. Y era necesario: durante el fin de semana se publicó que ya había hablado con Tim Cook sobre la posibilidad de buscar nuevas oportunidades fuera de Cupertino y que había avisado discretamente a algunos colegas sobre un posible adiós.

La preocupación no era gratuita. Si justo el responsable de la principal ventaja competitiva del hardware de Apple – sus propios chips – hubiese decidido abandonar el barco, habría sido interpretado como un gesto de desconfianza hacia la dirección actual. En plena carrera por la inteligencia artificial, la computación en el propio dispositivo y las arquitecturas especializadas, esa salida se habría leído como una señal de que el proyecto interno no estaba tan sólido como parecía.

Apple Silicon como columna vertebral de la marca

El alivio por su continuidad se entiende mejor repasando su trayectoria. Bajo su mando nació la familia de chips M1, que supuso la ruptura definitiva con Intel en los Mac y marcó un antes y un después en rendimiento por vatio en portátiles de consumo. No fue un simple cambio de proveedor, sino una reescritura del ADN de los ordenadores de Apple, con procesadores diseñados desde el principio para trabajar en tándem con macOS y el resto del ecosistema.

Pero el impacto de su trabajo va más allá del procesador central. El chip de banda base C1 que debutó en el iPhone 16e, su evolución C1X presente en el iPhone Air y el nuevo chip inalámbrico N1 que equipa a toda la gama iPhone 17 ilustran una estrategia más amplia: sustituir piezas críticas de terceros por soluciones internas. Cada bloque de silicio que pasa a control de Apple refuerza la integración entre hardware, sistema operativo y servicios, y hace más difícil para la competencia replicar la experiencia al detalle.

En la práctica, las decisiones del grupo de Srouji determinan cuánto procesamiento de IA puede hacerse directamente en el dispositivo, cuánta batería se puede exprimir sin sacrificar potencia y qué tan grande será la brecha entre un iPhone y un móvil Android que dependa de chips estándar. Por eso la mera posibilidad de que se marchara se interpretaba como un riesgo que afectaría no solo al próximo modelo, sino a varias generaciones de productos.

Una semana marcada por salidas en la cúpula

Todo esto ocurre, además, en un contexto especialmente agitado en la alta dirección de la empresa. En cuestión de días, varios nombres de peso han anunciado su salida. El hasta ahora responsable de IA, John Giannandrea, dejó su puesto y fue reemplazado de forma rápida por Amar Subramanya, procedente de Microsoft. Alan Dye, figura clave en el diseño de la interfaz de usuario de Apple, fue fichado por Meta. A la lista se suman la asesora general Kat Adams y Lisa Jackson, vicepresidenta de Medio Ambiente, Políticas e Iniciativas Sociales, que también preparan su despedida.

A ese goteo hay que añadir salidas anteriores en el año, como la del director de operaciones Jeff Williams y la del director financiero Luca Maestri, dos de los rostros más reconocibles de la era Tim Cook. Tomadas en conjunto, estas marchas empiezan a parecer algo más que la rotación normal de ejecutivos. Aunque es lógico que los equipos directivos se renueven, la concentración de cambios en tan poco tiempo envía un mensaje difícil de ignorar.

Al mismo tiempo, la histórica cantera de diseño de Apple sufre el acoso de viejos conocidos y nuevos gigantes de la IA. El estudio de Jony Ive, ahora operando bajo la marca io y adquirido por OpenAI, ha ido captando veteranos del equipo de iPhone. Informes recientes señalan que OpenAI ha contratado en las últimas semanas a unas cuarenta personas procedentes de Apple, entre ellas el experto en diseño de fabricación Matt Theobald, el líder de interfaz humana Cyrus Daniel Irani y Abidur Chowdhury, diseñador clave del iPhone Air que ahora trabaja en una startup de inteligencia artificial aún sin nombre público.

Visto desde fuera, es fácil etiquetar el fenómeno como una fuga de cerebros: talento senior que abandona la compañía mientras otros gigantes tecnológicos, impulsados por la fiebre de la IA, ofrecen paquetes salariales difíciles de igualar. Desde dentro, las sensaciones parecen más matizadas. Hay quien ve en esta ola de cambios el reflejo de choques sobre prioridades, cultura y ritmo de innovación. Otros la interpretan como una limpieza dolorosa pero necesaria antes de una nueva etapa en hardware, software y servicios.

Por qué la continuidad de Srouji funciona como ancla

En medio de ese movimiento constante de piezas, la decisión de Srouji de seguir en su puesto actúa como punto de referencia. Mientras se reestructuran equipos y se reescriben organigramas, la persona que coordina la hoja de ruta de los chips permanece donde estaba. Eso no borra por completo la sensación de transición complicada, pero evita el escenario más alarmante: perder precisamente al directivo que convirtió Apple Silicon en un argumento de venta.

Para los inversores, su permanencia equivale a continuidad en una posición estratégica. Para los ingenieros y diseñadores de Cupertino, es el mensaje de que la visión a largo plazo detrás de los M1, de los C1 y de los N1 no se va a tirar por la borda solo porque la competencia esté pescando talento a golpe de talonario. Y para los rivales queda claro que Apple no piensa dar marcha atrás en su apuesta por controlar su propio silicio.

Del aluminio al silicio: el nuevo centro de la innovación

La historia también deja ver hasta qué punto ha cambiado el relato de Apple en la última década. Hubo un tiempo en que el gran temor era que Jony Ive se marchara, y que con él desapareciera la magia del diseño de producto. Hoy, el posible terremoto ya no se mide solo en curvas de aluminio o acabados de cristal, sino en quién define la arquitectura interna de los chips que lo hacen todo posible.

Eso no significa que la compañía esté libre de problemas estructurales. Una cadena de salidas en la cúpula siempre es motivo de análisis, y sería ingenuo pensar que Microsoft, Meta u OpenAI dejarán de intentar fichar a perfiles con años de experiencia en Cupertino. Pero tampoco tiene sentido convertir cada renuncia en prueba irrefutable de un colapso inminente. Los equipos directivos se mueven por oleadas, y la pregunta realmente importante es si la nueva generación de líderes y de productos sabrá mantener la confianza del público.

Lo que sí está claro es que Apple entra en una fase de examen. En los próximos años se verá si sigue marcando el ritmo o si pasa a reaccionar más a los movimientos de otros. Que Johny Srouji siga a bordo no resuelve todo, pero le da a la compañía algo muy valioso: tiempo. Tiempo para demostrar que la próxima etapa se definirá menos por notas de prensa sobre salidas sonadas, y más por dispositivos que vuelvan a sorprender a los usuarios por lo que llevan dentro.

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