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Las GPUs NVIDIA Vera Rubin entran en la fase final de preproducción en TSMC

por ytools
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NVIDIA sigue marcando el ritmo en el mercado de hardware para inteligencia artificial, y las últimas revelaciones de una reunión de inversores organizada por JPMorgan dejan claro que su próxima generación de GPUs será decisiva. El gran protagonista es la plataforma Vera Rubin, formada por seis chips que ya han entrado en la fase final de preproducción en TSMC.
Las GPUs NVIDIA Vera Rubin entran en la fase final de preproducción en TSMC
Con ello se confirma que todos los diseños completaron el tape-out y que no existen retrasos, manteniendo la hoja de ruta para un lanzamiento en la segunda mitad de 2026.

De acuerdo con Harlan Sur, analista de JPMorgan presente en la reunión con Toshiya Hari, vicepresidente de relaciones con inversores y finanzas estratégicas de NVIDIA, la demanda de los actuales Blackwell Ultra es tan fuerte que las entregas todavía se miden en trimestres, no en meses. Esto ocurre incluso después de que la producción aumentara de forma notable en el segundo trimestre fiscal, donde los Ultra ya representan la mitad de la línea Blackwell. A más de dos años del boom de inversiones en IA, la conclusión es clara: la demanda sigue superando con creces a la oferta.

La plataforma Vera Rubin llega para extender ese liderazgo, y el hecho de que los seis chips avancen juntos en preproducción demuestra tanto la confianza de NVIDIA en su estrategia como el compromiso de TSMC. Se espera que la gama cubra distintos niveles, ofreciendo opciones para quienes buscan máxima potencia de cálculo, para los que priorizan la escalabilidad en clusters o para quienes necesitan un mejor equilibrio entre precio y rendimiento.

El mercado chino también juega un papel central. Según Reuters, gigantes como ByteDance y Alibaba ya muestran gran interés por el B30A, una GPU basada en Blackwell diseñada específicamente para China. Los reportes indican que estas compañías están dispuestas a pagar hasta el doble del precio del antiguo H20 a cambio de un salto de rendimiento de hasta seis veces. Más allá de la potencia, NVIDIA mantiene una ventaja difícil de igualar gracias a su ecosistema CUDA y la interconexión NVLink, que permite clusters más eficientes.

Las diferencias entre modelos son claras. El B30 es una versión más recortada, orientada a grandes despliegues con múltiples chips y compresión dinámica que compensa la menor potencia individual. El B40, en cambio, se centra en inferencia de alto nivel y da vida a los sistemas RTX Pro 6000D, que no utilizan memoria HBM. Esto les permite evitar restricciones de exportación y venderse en China sin licencias adicionales, lo que podría disparar su adopción en ese mercado.

El gran reto de NVIDIA será equilibrar este apetito global con sus limitaciones productivas, mientras AMD e Intel refuerzan su presencia en el sector. Sin embargo, su ecosistema, la enorme base de desarrolladores y su superioridad en benchmarks siguen dándole una ventaja clara. Para los inversores, la confirmación de que Vera Rubin avanza según lo previsto no es un detalle menor: es la señal de que la compañía mantendrá su liderazgo en la carrera por la IA durante los próximos años.

Aunque algunos críticos señalen que se trata de puro marketing o de maniobras ligadas a la bolsa, los hechos son contundentes: NVIDIA cumple sus planes, la demanda no afloja y la próxima generación de GPUs ya asoma en el horizonte.

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