Julian Brown, un inventor autodidacta que se hizo viral por su máquina Plastoline -capaz de convertir plástico en diésel-, desapareció misteriosamente tras publicar un video alarmante en Instagram. En el video, afirmaba estar “bajo ataque” y pedía a sus seguidores que rezaran por él. 
Desde entonces, no se ha sabido más de él. Su madre confirmó que está vivo, pero no quiso dar más detalles “por seguridad”.
Plastoline funciona con energía solar y utiliza un proceso de pirólisis por microondas para transformar residuos plásticos en combustible. El laboratorio ASAP, con sede en Vancouver, analizó el diésel generado y aseguró que era sorprendentemente limpio.
Lo que ha hecho de Julian un fenómeno en redes no es sólo la tecnología, sino su origen humilde. Empezó con apenas un certificado de soldador y muchas ganas de experimentar en casa. Sin vínculos con empresas grandes ni financiación, su historia conectó con millones. En poco tiempo, acumuló más de 1.8 millones de seguidores en Instagram y sus TikToks se hicieron virales.
Desde su desaparición, las redes se llenaron de teorías: algunos creen que fue silenciado por corporaciones que temen a su invento, mientras que otros piensan que todo es una estrategia publicitaria. También circulan memes comparando su taller con escenarios de videojuegos postapocalípticos.
Ya sea un genio perseguido o un influencer con talento para el drama, Julian Brown ha capturado la imaginación del público. Su caso mezcla tecnología casera, suspenso digno de serie y una comunidad digital completamente enganchada. ¿Será verdad todo esto o una jugada maestra para ganar atención? El misterio sigue abierto.
1 comentario
le tengo fe, se nota que no es cualquier charlatán