Lip-Bu Tan, CEO de Intel, finalmente rompió el silencio y respondió a las acusaciones que han sacudido la imagen de la compañía, incluyendo un ataque directo del expresidente Donald Trump.
En una carta dirigida a los empleados, Tan negó cualquier conflicto de interés y reafirmó el compromiso de Intel con la industria estadounidense de semiconductores.
“Se ha difundido mucha desinformación sobre mis antiguos cargos en Walden International y Cadence”, expresó Tan. Aclaró que, a lo largo de más de 40 años en la industria tecnológica, siempre ha actuado con ética y dentro de los marcos legales, a pesar de sus antiguos vínculos con empresas chinas.
Antes de asumir el liderazgo de Intel, Tan se desvinculó de todos los cargos que pudieran generar conflictos. Sin embargo, Trump lo calificó públicamente como “altamente conflictuado”, lo que generó nuevas sospechas en un contexto tenso entre Estados Unidos y China.
Intel ya ha iniciado conversaciones con el gobierno estadounidense para aclarar malentendidos y frenar las especulaciones políticas.
Tan también desmintió los rumores de enfrentamientos internos con el consejo directivo, especialmente con Frank Yeary. “El consejo apoya completamente la transformación que estamos liderando”, afirmó, echando por tierra informes que hablaban de bloqueos en decisiones clave.
La falta de respuesta de Intel ante estos rumores había generado incomodidad en el mercado. El mensaje del CEO busca ahora calmar las aguas y recuperar la confianza.
Aun así, muchos analistas y usuarios siguen escépticos, sobre todo ante la incertidumbre que rodea a los procesos 18A y 14A, mientras competidores como TSMC y AMD avanzan sin pausa.
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Intel debería enfocarse en fabricar, no en justificar