Los Simpson arrancaron su temporada número 37 y lo dejaron claro desde el inicio: no van a seguir la estrategia de South Park de convertir cada episodio en un comentario político inmediato.
En lugar de eso, la serie animada más longeva de la televisión apuesta por lo que siempre le dio identidad: sátira atemporal, personajes entrañables y una mirada irónica a las costumbres culturales, sin intentar competir con la velocidad frenética de las noticias.
El co-showrunner Matt Selman explicó que el propio proceso de producción lo impide. Los guiones se escriben con muchos meses de anticipación y cuando un capítulo finalmente se emite, el escándalo político de turno ya quedó viejo. “No vamos a inventar episodios en los que cada semana aparezca el presidente en Springfield. Ya lo hicimos con George Bush, pero para entonces él ya había dejado la Casa Blanca. El mundo es demasiado caótico para intentar seguirle el ritmo”, comentó Selman a Entertainment Weekly.
La comparación con South Park es inevitable: ellos logran producir un episodio en solo siete días. Sin embargo, incluso a ese ritmo, dice Selman, la realidad supera cualquier guion. “En una sola semana pasa más locura de la que se puede incluir en un capítulo”, señaló.
El estreno de la temporada fue con “Thrifty Ways to Thieve Your Mother”, donde Marge recuerda los años 90 y Homero reflexiona sobre la rapidez con la que las películas llegan hoy al streaming. El capítulo muestra claramente la dirección del show: humor construido sobre experiencias comunes y nostalgia compartida, más que ataques directos a políticos o celebridades. “Cuando escribes algo que recién verá la luz dentro de diez meses, desaparece la presión de tener que opinar sobre lo que ocurre en la semana. Lo nuestro es contar historias de gente común enfrentando un mundo que cambia todo el tiempo”, explicó Selman.
Para él, Springfield representa justamente eso: un pueblo de ingenuos bienintencionados que no cambian demasiado, aunque todo alrededor se transforme. “Son buenas personas, pero fáciles de engañar”, resume. Esa idea, según Selman, hace que cualquier espectador pueda encontrar reflejo en los personajes, sin importar su postura política.
Los fans también tendrán los clásicos de siempre. El especial de Halloween, “Treehouse of Horror”, traerá un cruce entre Tiburón y La Mancha Voraz, y el histórico episodio número 800 estará centrado en el perro de la familia, Ayudante de Santa, que se enfrentará al sobrepeso. “El perro engorda”, bromeó Selman.
Para muchos seguidores, la decisión de no sumarse a la vorágine de la sátira política es un alivio. Mientras otros programas de comedia se convierten casi en un repaso semanal de titulares, Los Simpson siguen confiando en lo que los hizo únicos: sátira intemporal, humor absurdo y personajes que, aunque rodeados de caos, permanecen fieles a sí mismos. Quizá sea esa la clave de que, después de casi cuatro décadas, el show continúe vigente.