Nothing ha comenzado oficialmente el despliegue de Nothing OS 4.0 basado en Android 16 para el Nothing Phone (3), y convierte a su móvil transparente en el escaparate principal de todo lo que la marca quiere hacer con el sistema. 
Después de una beta larga, varias builds de prueba y mucho pulido silencioso, la versión estable empieza a llegar a usuarios reales, con cambios que se notan tanto en la interfaz como en la sensación de uso diaria.
Como suele pasar en el mundo Android, el lanzamiento llega por fases. El primero en la lista es el Nothing Phone (3), que recibe el paquete mediante una actualización OTA escalonada por regiones. Otros móviles de Nothing y los modelos de la familia CMF están confirmados, pero sin fecha concreta. La idea es clara: desplegar poco a poco, escuchar a la comunidad y frenar a tiempo si aparece algún fallo serio antes de que afecte a todo el parque de dispositivos.
Glyph deja de ser solo luces y se vuelve realmente útil
El sello de identidad del Phone (3) sigue siendo el sistema de leds traseros, la llamada Glyph Interface. Con Nothing OS 4.0 deja de ser únicamente un truco visual y se convierte en una capa de información más. La función Flip to Glyph ahora se puede ajustar con mucho más detalle: puedes decidir cómo reaccionan las luces cuando dejas el teléfono boca abajo, con patrones más suaves para reuniones, avisos agresivos para pedidos y taxis o silencio absoluto cuando quieres desconectar del mundo.
A eso se suman nuevos Glyph Toys como Hourglass y Lunar Cycle, pequeñas animaciones ambient que se mueven al ritmo del tiempo o de tus gestos sobre la mesa. No te van a hacer trabajar más rápido, pero logran lo que Nothing lleva prometiendo desde el primer modelo: que el móvil se sienta como un objeto vivo en el escritorio y no solo como otra pantalla negra más.
Android 16 Live Updates se engancha al Glyph Progress
El salto más importante llega con la integración de Live Updates, la API de Android 16 para mostrar información en tiempo real. A partir de Nothing OS 4.0, cualquier app que sea compatible con Live Updates puede mandar su progreso tanto a la pantalla de bloqueo como al sistema Glyph Progress de la parte trasera. En otras palabras: el estado de tu comida a domicilio, de tu viaje en Uber o del temporizador del gimnasio se puede seguir de un vistazo, sin tocar el teléfono.
En versiones anteriores, la mayor crítica de los usuarios avanzados era clara. El hardware del Glyph molaba, pero solo funcionaba con unas pocas apps seleccionadas a mano, así que se quedaba en algo bonito pero limitado. Ahora que Nothing se apoya en el estándar de Android, la lista de servicios compatibles explota y ese muro se derrumba. Por fin hay una base sólida para que las luces hagan algo más que parpadear cuando entra una notificación.
Extra Dark Mode: menos ruido visual, más batería
Otro frente donde Nothing toca muchas piezas es el modo oscuro. El nuevo Extra Dark Mode apuesta por negros más profundos, mejor contraste y menos halos grises que iluminan la pantalla sin necesidad. En la práctica eso significa una interfaz más descansada por la noche, menos fatiga ocular y un extra de autonomía en paneles OLED, que agradecen que no todo esté encendido al máximo.
La barra de notificaciones, los Ajustes Rápidos y la bandeja de aplicaciones adoptan un aspecto más calmado, con menos bloques planos y con la tipografía mejor pensada. Además, el estilo renovado ya se ve en apps propias como Essential Space y el launcher, y Nothing promete ir extendiéndolo al resto del sistema. Poco a poco desaparece esa sensación de rompecabezas visual, donde cada pantalla parecía diseñada por un equipo distinto.
Animaciones y vibración: pequeños cambios, gran sensación
Buena parte de la mejora del Nothing OS 4.0 no se ve en capturas de pantalla, se siente en la mano. Las animaciones al abrir y cerrar aplicaciones se han rediseñado para dar más profundidad y menos brusquedad. El fondo de pantalla se acerca y se aleja de forma suave, los gestos de navegación encajan mejor entre sí y da la impresión de que mueves capas superpuestas en lugar de simples tarjetas flotando por la interfaz.
La respuesta háptica también recibe atención. Al subir o bajar el volumen, el teléfono vibra con un toque sutil cuando llegas al mínimo o al máximo, de forma que sabes en qué punto estás sin mirar. Las notificaciones vibran con menos estridencia, y muchas acciones clave del sistema tienen pequeños impulsos táctiles que transmiten la sensación de que el dispositivo está reaccionando contigo, no contra ti.
Widgets compactos, multitarea flotante y apps escondidas
Para quienes disfrutan ajustando el escritorio hasta el último icono, Nothing OS 4.0 trae varios caramelos. Los widgets de Tiempo, Pasos y Tiempo de pantalla estrenan formatos 1×1 y 2×1, perfectos para montar una pantalla inicial minimalista en la que todo lo importante se ve sin que nada ocupe más espacio del necesario. Es mucho más fácil combinar estadísticas básicas con una cuadrícula limpia de apps.
La vista flotante Pop up View se vuelve más potente: ahora es posible tener dos apps en ventana a la vez y cambiar entre ellas con gestos sencillos. Un deslizamiento hacia arriba las minimiza, un gesto hacia abajo las lleva a pantalla completa. Es justo lo que necesitan quienes contestan chats mientras ven vídeos, revisan el correo mientras siguen el mapa o controlan un pedido sin salir de lo que estaban haciendo.
También llega un sistema simple para ocultar iconos de la gaveta de apps. Puedes sacar de la vista cualquier aplicación que no quieras ver a diario y seguir abriéndola por búsqueda o atajos. No es una caja fuerte cifrada, pero sí una forma cómoda de tener el cajón limpio, esconder bloatware que no usas y evitar que media docena de servicios olvidados ensucien el conjunto.
Lo que la comunidad aplaude y lo que aún echa en falta
Las primeras opiniones que circulan entre usuarios de Nothing coinciden en algo: frente a capas pesadas de otros fabricantes, Nothing OS 4.0 se sigue sintiendo más ligero y menos invasivo, sobre todo por la ausencia de anuncios agresivos en la pantalla de bloqueo y barras llenas de promos. Sin embargo, la lista de deseos para próximas versiones es larga y muy clara.
Uno de los puntos más repetidos es un modo de ahorro de batería extremo, similar al que ofrecen varias marcas chinas, que recorta todo lo que no sea básico y alarga la vida del móvil cuando te quedas en un dígito de batería. También se piden aplicaciones propias de teléfono, mensajes y explorador de archivos con estética Nothing, para no depender tanto de las apps de Google y dar al ecosistema un acabado todavía más uniforme.
Y, cómo no, aparece una petición que no se va: grabación de llamadas integrada en la app de teléfono, sin avisos de voz estridentes, junto a los clásicos gestos con pantalla apagada que muchos recuerdan de viejos modelos de OnePlus. Dibujar una letra para abrir la cámara o la linterna puede parecer un detalle pequeño, pero es justo ese tipo de detalle el que enamora a usuarios avanzados que ya han probado de todo.
Disponibilidad y ritmo del despliegue
Aunque Nothing OS 4.0 ya es oficial, la realidad es que muy pocos usuarios lo tienen instalado el primer día. El despliegue por oleadas implica que mientras unos disfrutan de Android 16, Live Updates y el Glyph renovado, otros siguen entrando varias veces al menú de actualización esperando a que aparezca el aviso. Nada nuevo, pero siempre genera FOMO en quienes quieren ser los primeros en probarlo todo.
Aun así, el rumbo está claro. Nothing prefiere seguir fiel a su idea de software limpio y reconocible, en lugar de sumar funciones por sumar. Interfaz más coherente, efectos más pulidos, integración inteligente de las luces traseras y un modo oscuro que por fin hace honor a su nombre. Para quienes se compraron el Nothing Phone (3) buscando algo distinto a la típica mezcla de iconos y menús recargados, Nothing OS 4.0 se siente como el paso que faltaba para que el software esté a la altura del diseño transparente del hardware.