Casi diez años después de Dead Rising 4, muchos jugadores daban por hecho que la saga había sido enterrada sin funeral. Capcom encadenó éxitos con Resident Evil, Monster Hunter y Devil May Cry, mientras el caótico sandobox de zombis con el periodista gráfico Frank West quedaba aparcado en la memoria de la era Xbox 360 y PS3. 
Ahora, un nuevo informe ha reabierto el caso: según varias fuentes, un nuevo Dead Rising estaría en marcha y, esta vez, Frank cambiaría el centro comercial por algo todavía más delirante: un enorme estudio de cine en Hollywood, convertido en zona de cuarentena y plató de pesadilla.
Para una franquicia construida sobre tres pilares – humor negro, armas improvisadas y un reloj siempre en tu contra – la idea encaja demasiado bien. En lugar de reciclar pasillos de tienda y zonas de comida rápida, el juego podría convertir calles de decorado, platós gigantes, hangares de atrezo y almacenes de vestuario en un parque temático de terror interactivo. Y en medio de todo ese caos, Frank West, con su cámara colgando del cuello, obligado a sobrevivir, documentar y, cómo no, sacarle fotos al apocalipsis.
¿Qué tan fiable es este rumor?
Antes de empezar a fantasear con nuevas combinaciones de motosierra, disfraz ridículo y carrito de la compra, conviene preguntar: ¿hay motivos para tomarse en serio este rumor? Si usamos una escala interna de 0 a 100 para medir credibilidad, teniendo en cuenta calidad de la fuente, corroboración, viabilidad técnica y plazos, este caso se sitúa alrededor del 70%. No es humo puro, pero tampoco una filtración blindada.
En la franja 0-20% viven las historias sacadas de la nada: sin fuentes, sin contexto, sin nada que las sostenga. Entre 21% y 40% están los rumores dudosos, con algún detalle jugoso pero demasiados agujeros. A partir del 41% hablamos de escenarios plausibles, donde al menos parte de las piezas encajan. La banda de 61% a 80% se considera probable: la información tiene sentido, llega de gente con cierto historial y casa con el momento de la compañía. Por encima del 81% se mueven las filtraciones que la comunidad trata casi como un anuncio anticipado.
En el caso de Dead Rising, la puntuación se explica así: la publicación que destapó el asunto ha acertado en varias ocasiones anteriores con proyectos de Capcom, así que en la categoría de fuente se gana un 5 de 5. A nivel técnico, un nuevo Dead Rising sobre la tecnología actual del estudio (la misma que mueve los últimos Resident Evil) es perfectamente factible, lo que deja un sólido 4 de 5. El supuesto inicio de desarrollo en 2023 encaja con un ciclo de producción de tres o cuatro años para un juego AAA, otro 4 de 5. El punto débil es la falta de segundas voces: por ahora no hay otros insiders que respalden la historia, así que la corroboración se queda en 1 de 5.
El promedio se traduce en ese 70%: un rumor al que merece la pena prestar atención, pero que todavía puede cambiar de forma, reducirse o incluso desaparecer si Capcom decide reajustar prioridades internamente.
Qué cuenta exactamente el rumor
Si damos por buenas las filtraciones, el supuesto nuevo Dead Rising tendría estas líneas generales:
- El proyecto usaría el nombre en clave Rec y llevaría en desarrollo desde al menos 2023.
- Argumentalmente sería una secuela directa del primer Dead Rising, situada cronológicamente antes de Dead Rising 2.
- Frank West volvería como protagonista jugable, con personajes conocidos como Isabela Keyes reapareciendo en distintos momentos.
- El escenario principal sería un gigantesco complejo de estudios en Hollywood, con varios platós, calles de decorado y zonas técnicas convertidas en campo de batalla.
- Un director de cine completamente desquiciado obligaría a Frank y otros supervivientes a participar en escenas cada vez más letales para rodar su película perfecta.
- Regresarían los Psychopaths, los jefes humanos de la saga, incluido el lugarteniente del director: un cámara con una bomba atada al pecho, obsesionado con grabarlo todo.
- Las mecánicas de límite de tiempo, muy rebajadas en Dead Rising 4, volverían con fuerza y formarían parte directa de la trama.
- La cámara de Frank y el sistema de puntuación por fotos tendrían un papel clave, adaptados al contexto del rodaje en Hollywood.
El propio estudio de cine abre la puerta a todo tipo de locuras. Un set de ciudad nocturna puede servir de escenario para un thriller de serie B una hora y, al siguiente bloque de tiempo, transformarse en un infierno de zombis bajo luces de neón. Un castillo de cartón piedra con niebla artificial puede mutar en mazmorra improvisada para un jefe armado con espadas de atrezo y explosivos. Entre toma y toma, Frank podría colarse por pasillos de servicio, almacenes de efectos especiales, docks de carga y talleres llenos de herramientas y piezas de metal, ideales para fabricar nuevas armas improvisadas.
En el centro de ese circo estaría el director, que ve el brote de zombis menos como tragedia y más como oportunidad creativa. Da órdenes por megafonía, interrumpe rescates para repetir la escena, enciende fuegos porque quedan mejor en cámara y exige que Frank siga sus instrucciones si quiere mantener con vida a otros supervivientes. Sus Psychopaths son las grandes estrellas del show: jefes con un tema propio, un set específico y mecánicas raras. El cámara bomba del que hablan las filtraciones, a quien Frank habría salvado en el pasado, representa esa mezcla de agradecimiento retorcido y obsesión por registrar la caída del héroe píxel por píxel.
El reloj vuelve a marcar y la cámara vuelve a disparar
Uno de los debates clásicos en la comunidad de Dead Rising gira en torno al reloj. En los primeros juegos, el tiempo era un enemigo más: las misiones expiraban, los supervivientes morían si llegabas tarde y siempre había que elegir entre seguir la historia, explorar o rescatar a alguien. Dead Rising 4 suavizó ese enfoque hasta casi eliminarlo, y muchos fans sintieron que el juego perdía parte de su identidad.
La versión que se describe ahora apuesta por traer de vuelta esa presión. El director pondría tiempos límite a escenas concretas y amenazaría con volar partes del estudio, ejecutar a participantes o cancelar la película si Frank no cumple los plazos. Misiones secundarias y objetivos principales competirían otra vez por minutos, y cada fracaso dejaría cicatrices visibles: zonas destruidas, personajes ausentes, huecos en la historia.
La cámara de Frank también recuperaría protagonismo. Como en el original, las fotos se clasificarían en categorías de terror, drama, erotismo, comedia o brutalidad, pero el entorno de rodaje permitiría jugar todavía más con composición y puesta en escena. Focos cegadores, humo de máquina, extras zombis de fondo, explosiones calculadas: todo serviría para construir instantáneas tan ridículas como memorables, premiadas con puntos de experiencia y comentarios sarcásticos del propio Frank.
Dónde encaja este capítulo en la cronología
Situar el juego entre Dead Rising y Dead Rising 2 sería un movimiento inteligente. Permite recuperar el tono del debut sin borrar lo que vino después. Frank estaría marcado por lo vivido en el centro comercial, pero aún no tan quemado como la versión que vimos en Dead Rising 4. Isabela y otros personajes tendrían margen para desarrollar sus arcos, rellenar huecos del canon y explicar mejor cómo se llega a los eventos de la segunda entrega.
Al mismo tiempo, esta entrega hipotética dialogaría con una etapa complicada de la saga. Dead Rising 4 se lanzó con críticas aceptables, pero no cumplió las expectativas de ventas de Capcom. Poco después, el estudio Capcom Vancouver entró en turbulencias, vio cancelado un proyecto original ambientado en un Nueva York alternativo, sufrió recortes y acabó cerrando sus puertas en 2018, con decenas de millones de dólares perdidos en juegos cancelados. Más tarde se supo que allí llegó a gestarse un Dead Rising 5 ambientado en México con Chuck Greene de vuelta, pero nunca pasó de prototipo.
Por qué ahora Dead Rising tiene una ventana para volver
Durante años, el foco estuvo claramente en otras marcas. Resident Evil encadenó remakes exitosos y Village, Monster Hunter se consolidó como fenómeno global y Devil May Cry firmó un regreso por todo lo alto. En ese contexto, arriesgar de nuevo con un sandbox de zombis gamberro y comercialmente irregular no parecía una prioridad.
Sin embargo, la reciente versión remasterizada del primer Dead Rising cambió la conversación. Pese a las quejas por algunos cambios en la cara de Frank, el relanzamiento funcionó razonablemente bien y recordó a Capcom que la franquicia sigue teniendo un núcleo duro de seguidores. El mensaje es claro: si la compañía encuentra un enfoque que recupere el espíritu original sin repetir los errores de Dead Rising 4, hay espacio en el mercado para que la serie vuelva a respirar.
Lo que los fans piden a un Dead Rising moderno
Si uno se pasea por foros y redes sociales, las peticiones van mucho más allá de simplemente hacer otro juego de zombis con chistes. Muchos jugadores hablan abiertamente de algo parecido a un semi-reinicio: mantener el tono absurdo, pero reforzar las capas de supervivencia. Se mencionan recursos verdaderamente escasos, noches en las que moverse por la calle sea mala idea, zombis más peligrosos y un Frank que arranca frágil y va creciendo de manera tangible.
También aparece una y otra vez el deseo de ver más elementos de RPG: árboles de habilidades con elecciones claras, estilos de juego diferenciados (fotógrafo arriesgado, líder de supervivientes, especialista en armas cuerpo a cuerpo, experto en trampas), decisiones que cambien ligeramente el ritmo y la dificultad de cada partida. Todo ello sin renunciar a la esencia de la saga, que siempre ha sido capaz de mezclar tragedia y ridículo en la misma escena.
En el plano técnico, la gran petición es casi unánime: mejores físicas y cadáveres que no desaparezcan al minuto. Los veteranos recuerdan bien la sensación de ver cómo el escenario se vaciaba por limitaciones de hardware en los juegos antiguos. Ahora, con consolas y PCs mucho más potentes, la comunidad sueña con pasillos bloqueados por montañas de cuerpos, terrazas llenas de zombis desplomados y escaleras convertidas en ríos de miembros desparramados.
El debate se calienta especialmente cuando se habla de estilo visual. Una parte de los fans quiere de vuelta los trajes ridículos, el fanservice descarado y ese tono de serie Z que marcó la era 360. Otra prefiere un enfoque algo más maduro, que no convierta a todos los personajes en chiste. Un Hollywood postapocalíptico podría servir de punto medio: los sets y el vestuario justifican todo tipo de excesos visuales, mientras la historia principal puede permitirse momentos más serios y preguntas incómodas sobre cómo la industria convierte el sufrimiento en espectáculo.
¿Puede Capcom cumplir estas expectativas?
Visto desde fuera, nada de lo que se describe en el rumor parece fuera del alcance de la Capcom actual. Su motor gráfico ya ha demostrado que puede manejar entornos detallados, grandes multitudes de enemigos y un trabajo de iluminación muy sólido. Construir un mapa interconectado a partir de varios platós, calles falsas, interiores y pasadizos de servicio sería ambicioso, pero está dentro de lo razonable para un proyecto de este tamaño.
Si la producción arrancó de verdad en 2023, las fechas más realistas apuntan a algún punto entre 2026 y 2027, siempre que no haya grandes cambios de rumbo. Pero hasta que Capcom no salga a escena con un logo, un teaser o una simple mención oficial a Dead Rising, todo seguirá siendo lo que es hoy: un guion muy atractivo que aún no ha pasado de la mesa de lectura al rodaje.
Mientras tanto, los seguidores viven una situación muy familiar para Frank West: rodeados de caos, mirando el reloj y esperando a ver qué pasa. Si el proyecto se confirma y Capcom se atreve a recuperar el límite de tiempo, los Psychopaths memorables y el humor retorcido, Dead Rising podría firmar uno de los regresos más sorprendentes de la generación. Hasta entonces, toca observar cada nuevo indicio como si fuera una de esas fotos imposibles que solo Frank sabe sacar en mitad del desastre.