Samsung intentó eclipsar a Apple lanzando One UI 8 el mismo día en que la compañía de Cupertino liberó iOS 26. A primera vista parecía un movimiento inteligente para robar titulares, pero el resultado terminó siendo todo lo contrario. 
Mientras Apple ofreció su actualización en todo el mundo de manera simultánea, Samsung optó por un despliegue limitado y lento que dejó a muchos usuarios decepcionados.
El 15 de septiembre, únicamente los dueños de un Galaxy S25 en Corea del Sur recibieron la actualización de inmediato. Para el resto del planeta, la espera continúa, ya que el lanzamiento internacional no llegará hasta octubre, y otros modelos Galaxy tendrán que aguardar aún más. La diferencia con la estrategia de Apple es evidente: una experiencia global y unificada frente a un lanzamiento fragmentado que acentúa las debilidades de Samsung.
Un estreno tibio con pocas novedades
Más allá de los retrasos, One UI 8 no trae grandes sorpresas. Aunque Samsung lo presenta como un salto de versión importante, en realidad ofrece solo cambios menores y pequeños ajustes estéticos. En contraste, iOS 26 debutó con el arriesgado diseño “Liquid Glass”, que ha generado debate y curiosidad en medios y redes sociales. Puede gustar o no, pero consiguió atención, algo que One UI 8 no logró.
No todo es negativo: en los últimos años Samsung ha mejorado notablemente su política de actualizaciones, brindando más años de soporte a sus dispositivos que en el pasado. Sin embargo, este lanzamiento vuelve a demostrar que aún le falta consistencia y rapidez para estar a la altura de Apple, que convirtió las actualizaciones globales en un estándar esperado.
En conclusión, para quienes valoran velocidad y disponibilidad inmediata, Apple sigue siendo la referencia. One UI 8 llegará a millones de dispositivos tarde o temprano, pero cuando lo haga, la conversación ya estará dominada por el impacto del iOS 26.