Onimusha: Way of the Sword fue una de las grandes sorpresas cuando se presentó en The Game Awards del año pasado. Para quienes disfrutaron la saga en los días de PlayStation 2, fue como un regreso esperado durante mucho tiempo. Sin embargo, el panorama actual de los RPG de acción está dominado por los soulslike, y muchos pensaban que CAPCOM transformaría Onimusha en una copia de esa fórmula. La realidad es distinta: el estudio ha decidido recuperar la esencia original y darle un aire fresco sin perder su identidad.
Durante la Gamescom tuve la oportunidad de jugar una demo de aproximadamente 30 minutos, suficiente para comprobar que Way of the Sword quiere ser fiel a la serie clásica, pero con un diseño adaptado a las exigencias actuales. El protagonista es Miyamoto Musashi, que explora el famoso templo Kiyomizu-dera, corrompido por la energía maligna conocida como Malice.
Aunque la demo aún mostraba cierto nivel de aspereza – en comparación con títulos de CAPCOM más avanzados como PRAGMATA – , la ambientación y las mecánicas ya transmiten un enorme potencial.
Uno de los cambios más notables es la cámara. Los ángulos fijos de antaño ya no están, pero el juego mantiene esa mirada cinematográfica en momentos clave, ahora reforzada con movimientos dinámicos. La exploración se siente fluida y natural, con pequeños rompecabezas que añaden variedad sin cortar el ritmo de la acción.
El combate, por su parte, sigue siendo inconfundiblemente Onimusha. El sistema de Issen – parar en el instante exacto y ejecutar un golpe letal – regresa como núcleo central. Enfrentar a los demonios Genma implica observar, esperar el momento oportuno y reaccionar con precisión. Además, el Guante Oni permite absorber almas, potenciar armas y desbloquear técnicas especiales, añadiendo un nivel extra de estrategia. Incluso con un repertorio limitado en la demo, las opciones parecían variadas y divertidas.
El momento más espectacular llegó con el enfrentamiento contra Sasaki Ganryu, una reinterpretación del histórico Kojiro Sasaki, eterno rival de Musashi. El duelo se desarrolló con una puesta en escena cinematográfica: planos cerrados, choques de espadas brillantes y un aire de épica constante. La dificultad, sin embargo, no fue demasiado alta; parar los ataques de Ganryu resultaba sencillo. Pero esto coincide con lo que CAPCOM ya ha declarado: el juego busca la inmersión antes que la frustración.
Debo admitir que mis expectativas eran bajas tras los primeros vídeos, que mostraban un ritmo lento y anticuado. Pero al jugarlo, mi percepción cambió por completo. La cadencia es medida, no pesada, y el control de Musashi responde con precisión. Esa sensación de “esto es Onimusha” volvió inmediatamente, pero ahora con una presentación renovada. Si la versión final mantiene este nivel, Way of the Sword puede convertirse en un regreso a la altura de las mejores producciones de CAPCOM.
La compañía ha confirmado que el lanzamiento está previsto para finales de 2026 en PC, PlayStation 5, Xbox Series X y Series S. Aunque la espera es larga, la visión está clara: traer de vuelta a Onimusha como una franquicia con carácter propio, no como un simple imitador de los soulslike. Para los veteranos, será reencontrarse con un clásico. Para los recién llegados, será la oportunidad de descubrir por qué esta saga fue una joya de su tiempo.
Onimusha: Way of the Sword demuestra que el camino de la espada aún tiene mucho que ofrecer. Más que nostalgia, es un renacimiento con ambición de futuro.