OpenAI acaba de dar un golpe sobre la mesa en el mundo tech. La empresa creadora de ChatGPT recaudó 8.300 millones de dólares en una ronda de inversión que elevó su valoración hasta los 300.000 millones.
Lo más llamativo: la ronda se cerró antes de tiempo por la enorme demanda de los inversores.
Entre los nombres que soltaron el billete están gigantes como Blackstone, Fidelity, T. Rowe Price y TPG. Esto demuestra que OpenAI ya juega en la misma liga que las grandes tecnológicas. Y pensar que hace poco era una organización sin fines de lucro.
Más allá del dinero, esta movida es parte de una estrategia clara: posicionarse como líder absoluto en inteligencia artificial, tanto en el sector empresarial como en el de consumo masivo. Con competidores como Google DeepMind, Meta o Anthropic, OpenAI quiere dejar claro que no solo va a competir, va a liderar.
No hay anuncio oficial todavía, pero todo indica que la salida a bolsa está a la vuelta de la esquina. La financiación millonaria es el trampolín perfecto para dar ese salto.
La carrera por la inteligencia artificial se acelera, y OpenAI no solo está corriendo – está marcando el ritmo.
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