Oppo Find X8 Ultra: un flagship brutal con una capa china que arruina todo
Este verano decidí dejar de lado los plegables y volver a un flagship de toda la vida. El elegido fue el Oppo Find X8 Ultra, un teléfono que ya había probado hace un tiempo pero que dejé pasar. Quise darle otra oportunidad… y me arrepentí rápido.
El hardware es de otro nivel: Snapdragon 8 Gen 3 Elite, 16 GB de RAM, 12 GB extra de memoria virtual y una batería gigantesca de 6100 mAh. En autonomía le gana a casi todos. Y su cámara: cuatro sensores de 50 MP, incluyendo uno de 1 pulgada, con zooms de 3x y 6x. Increíble en papel y en uso.
En rendimiento le compite de tú a tú a monstruos como el Samsung Galaxy S25 Ultra y el Xiaomi 15 Ultra. Batería, cámara, fluidez… todo perfecto.
Tiene buen audio estéreo, pantalla OLED brillante, vibración precisa, resistencia IP69 y un botón físico dedicado a la cámara. Es un teléfono redondo… hasta que te enfrentas al software.
ColorOS versión China: el enemigo está dentro
Sabía que la versión china de ColorOS tendría limitaciones. Perdí Google Discover, Gemini, Circle to Search… todo eso lo acepté. Incluso desinstalé las apps chinas que venían preinstaladas.
Pero no me esperaba que no me llegaran los SMS importantes. Sin códigos de verificación, no pude entrar a apps como Telegram o mis bancos. Un desastre.
El asistente Breeno se activaba solo, sin forma real de poner Gemini. Intenté usar apps para reasignar botones y nada. Y al instalar Nova Launcher, el sistema lo saboteaba con retrasos constantes al volver a la pantalla principal.
Google Pay parecía funcionar, pero al añadir una tarjeta: error. Después de varios días peleando, decidí dejarlo por la paz.
El mejor flagship de 2025 que no puedes usar fuera de China
El Oppo Find X8 Ultra tiene uno de los mejores hardwares del mercado, pero la experiencia se viene abajo por su software chino. Para el día a día, es simplemente inviable fuera de su país.
¿Alternativas? El Vivo X200 Ultra también es exclusivo de China. El Xiaomi 15 Ultra sí se vende globalmente, pero le recortaron batería y sufre con HyperOS 2. Solo queda el Galaxy S25 Ultra, que no emociona pero al menos funciona sin líos.
Hasta que las marcas chinas lancen versiones globales sin trabas, estos superteléfonos seguirán siendo una frustración para los que se animen a importarlos.