Las especificaciones filtradas del Pixel 10 Pro y Pixel 10 Pro XL no están generando emoción, sino más bien confusión. A simple vista, parece que Google ha decidido repetir la fórmula del año pasado, con apenas un par de ajustes técnicos y un procesador nuevo.
El Pixel 10 Pro mantiene su pantalla OLED de 6,3 pulgadas, ahora con hasta 3000 nits de brillo y protección Gorilla Glass Victus 2. El cambio más destacado es el nuevo procesador Tensor G5, fabricado en 3nm por TSMC. Tendrá 16 GB de RAM y opciones de almacenamiento de hasta 1 TB. Las cámaras son las mismas en papel: sensor principal de 50 MP, ultra gran angular de 48 MP, teleobjetivo de 48 MP con zoom óptico 5x, y una cámara frontal de 42 MP. La batería sube un poco a 4870 mAh con carga rápida de 29W por cable y 15W inalámbrica.
Pero… ¿vale la pena actualizar? A menos que te entusiasme la posibilidad de una lente telemacro o estabilización tipo gimbal en el zoom (aún sin confirmar), lo que ofrece esta generación parece poco motivador.
El Pixel 10 Pro XL tiene una pantalla más grande de 6,8 pulgadas, con resolución de 2992 x 1344. También incluye el Tensor G5, las mismas cámaras y 16 GB de RAM. La versión base comienza en 256 GB de almacenamiento y se espera que tenga un precio de 1199 dólares. Su batería es de 5200 mAh y carga a 39W por cable.
Quizá Google tenga ases bajo la manga en cuanto a software o mejoras invisibles en los sensores. Pero si nos guiamos por lo que ya se sabe, este Pixel 10 parece más una ligera revisión del 9… con precio subido.