El chip Tensor G5 de Google está dejando mucho que desear para los gamers móviles. Las primeras pruebas de Fortnite en el Pixel 10 Pro XL muestran caídas de FPS y tartamudeos constantes que arruinan por completo la experiencia de juego.
Cuando Google presentó la serie Pixel 10, no dio demasiados detalles del Tensor G5, pero sí quedó claro que carecía de ray tracing por hardware. Eso ya levantaba sospechas sobre su rendimiento en juegos. Ahora, un clip de 44 segundos publicado por TechDroider confirma las dudas: Fortnite corre fatal, con congelamientos de varios milisegundos. En un entorno competitivo eso es inaceptable, y hasta para un jugador casual resulta molesto.
Lo irónico es que el Tensor G5 está fabricado con el avanzado proceso de 3nm de TSMC y el Pixel 10 Pro XL incluye refrigeración con cámara de vapor. En teoría debería rendir bien, pero en la práctica no alcanza.
El problema podría no ser solo de hardware. Los drivers gráficos juegan un papel clave. En benchmarks previos como Geekbench 6 Vulkan, la GPU del G5 ya había quedado por debajo del Tensor G4, lo que apunta a falta de optimización. Google, por ahora, no ha dado plazos sobre posibles actualizaciones que lo solucionen.
Conclusión: si buscas un teléfono para jugar, el Pixel 10 no es la opción adecuada. Hasta que Google optimice los drivers y demuestre que el chip aguanta sesiones intensas sin caídas, este flagship no está pensado para gamers.