Con el Pixel 10 Pro XL, Google asegura haber creado la mejor cámara de smartphone hasta la fecha. Su propuesta se apoya en la famosa fotografía computacional, ahora reforzada con nuevas funciones de inteligencia artificial y el modo ProRes Zoom, que promete ampliar sin perder demasiada calidad. Pero no está solo en la contienda: el Galaxy S25 Ultra de Samsung llega con un arsenal de hardware que lo ha convertido en referente absoluto entre los Android de gama alta.
Este duelo es, en realidad, un choque de filosofías: el poder del software frente a la fuerza del hardware.
En cuanto a hardware, el Pixel 10 Pro XL sorprende por su continuidad. Sus especificaciones son casi idénticas a las del Pixel 9 Pro XL: cámara principal de 50 MP (f/1.7), ultra gran angular de 48 MP y teleobjetivo de 10 MP con zoom 3X. Nada rompedor sobre el papel. Google confía plenamente en el software: procesamiento con IA, mejoras en baja luz y un ProRes Zoom capaz de mantener detalle incluso en aumentos extremos.
Samsung, con el Galaxy S25 Ultra, apuesta a lo grande. Su sensor principal de 200 MP, una ultra gran angular de 50 MP y dos teleobjetivos dedicados (48 MP con zoom óptico 5X y 50 MP con 10X) marcan la diferencia. La cámara frontal es de 12 MP, más modesta que los 42 MP del Pixel, pero la versatilidad del sistema trasero compensa esa diferencia.
Las pruebas prácticas dejaron claras las diferencias. A plena luz del día, el Pixel 10 Pro XL ofreció colores más realistas y equilibrados, con cielos y paisajes vivos pero sin exageraciones. El Galaxy S25 Ultra mostró una nitidez impresionante, aunque en ocasiones con saturación excesiva o un look algo apagado. De noche, la IA de Google brilló al rescatar sombras y matices, mientras que Samsung se apoyó en sus sensores enormes para capturar fotos muy detalladas, aunque a veces menos naturales.
En zoom, las estrategias contrastaron con fuerza. El ProRes Zoom del Pixel sorprendió con resultados estables hasta 30X, demostrando el poder del software. Sin embargo, los teleobjetivos dedicados de Samsung en 5X y 10X entregaron imágenes más auténticas, sin necesidad de tanta postproducción digital. Además, el sensor de 200 MP permitió recortar fotos sin perder nitidez apreciable.
En selfies, el Pixel 10 Pro XL con su cámara de 42 MP logró autorretratos claros y definidos incluso con luz complicada. El Galaxy, con 12 MP, cumplió, pero no alcanzó el mismo nivel de detalle ni de tonos de piel naturales.
Al final, cada uno representa una apuesta distinta. Google confía en que la fotografía del futuro depende de la inteligencia artificial y el software. Samsung sostiene que nada reemplaza la física de los grandes sensores y las lentes dedicadas. ¿Cuál elegir? El Pixel ofrece naturalidad y simplicidad: apuntas y la foto queda bien. El Galaxy, en cambio, seduce a quienes quieren flexibilidad, detalle extremo y verdadero zoom óptico.
La conclusión es clara: no hay ganador absoluto. El Pixel 10 Pro XL encanta por su equilibrio y procesamiento inteligente, mientras el Galaxy S25 Ultra impresiona con músculo de hardware. Y lo más interesante es que la batalla entre software e innovación óptica apenas comienza.
1 comentario
el zoom del s25 ultra es brutal, ahí gana fácil