La serie Pixel 10 ya está en las tiendas, pero las primeras reacciones no son tan positivas como Google esperaba. Los nuevos teléfonos llegan con el chip Tensor G5 de 3nm fabricado por TSMC, un aro magnético para accesorios Qi2 y varias funciones de inteligencia artificial que suenan prometedoras. 
Sin embargo, en el uso diario, los problemas no tardaron en aparecer.
Lo más comentado es el peso. En comparación con los Pixel 9, los Pixel 10 son más pesados. El Pixel 10 Pro XL en particular ha sido criticado por sentirse demasiado grande y torpe, difícil de manejar con una sola mano. Para poner números: el Pixel 9 Pro XL pesaba 221 g, mientras que el Pixel 10 Pro XL sube a 232 g. Aunque la diferencia parezca pequeña, varios usuarios aseguran que se nota mucho en la práctica.
La carga también está dando dolores de cabeza. Algunos usuarios reportan problemas al cargar con cable, velocidades muy lentas incluso con el cargador oficial Pixel Snap Qi, y sobrecalentamiento al cargar de forma inalámbrica. Esto ya genera preocupación sobre la vida útil de la batería.
Las quejas no terminan ahí: varios compradores no han podido añadir sus tarjetas para pagos sin contacto, y Android Auto directamente no funciona en muchos autos. Google reconoció el fallo y prometió una actualización pronto, aclarando que el error afecta solo a ciertos modelos de vehículos.
Aun así, no todo es negativo. Hay quienes valoran el salto en rendimiento y las funciones de IA. Los errores de software suelen corregirse en las primeras semanas tras un lanzamiento, pero el peso extra y las cámaras principales más pequeñas son decisiones de diseño que no cambiarán. Para algunos usuarios es un detalle menor, pero para otros es motivo suficiente para esperar al Pixel 11.