Pixel Watch 4: mejoras visibles, pero los mismos errores de siempre
La Pixel Watch 4 llega con avances esperados: una pantalla mucho más brillante (hasta 3.000 nits), batería más grande (327 mAh en 41 mm y 459 mAh en 45 mm) y un nuevo sistema de carga lateral un 25% más rápido, que además permite usarla como reloj de mesa.
También se agradece que ahora sea reparable: si se rompe el cristal, ya no hay que cambiar toda la carcasa. Un cambio muy bienvenido después de generaciones con diseños frágiles.
Pero hay un gran “pero”: Google seguiría apostando por el mismo procesador Snapdragon W5 Gen 1 que usaron los modelos anteriores. Aunque incorporan un coprocesador M55 para tareas de IA, esto no representa el salto de rendimiento que muchos esperaban.
La Pixel Watch 3 ya sufría con lag, autonomía floja y fallos en el software. Si la base no cambia, es probable que se repitan los mismos problemas.
En cuanto a funciones nuevas, se mencionan alertas de emergencia respiratoria y comunicación satelital en caso de urgencias. Interesante, pero insuficiente si lo comparamos con Apple o Samsung, que ya integran sensores más precisos, personalización avanzada y mejor experiencia de uso.
El diseño sigue siendo elegante, sí, pero seguimos sin poder usar esferas de terceros como Facer y atados a correas propietarias. Eso limita bastante a quien busca algo más personalizable o con estilo distinto.
La experiencia con el sistema operativo tampoco convence: notificaciones que no llegan, errores de pantalla, GPS con problemas… y funciones prometidas que terminan siendo incompletas. Todo esto ya lo vivimos con el modelo anterior.
Mientras Samsung innova con presión arterial e inteligencia artificial, Apple pule su ecosistema de salud y Garmin se posiciona en el sector deportivo, Google sigue corrigiendo lo básico.
En resumen: la Pixel Watch 4 es más bonita, más luminosa y más rápida de cargar. Pero si no mejora lo esencial, seguirá siendo solo una opción secundaria en el mundo de los smartwatches.