Siempre que estreno un Pixel, lo primero que hago es personalizar el Gboard. Es parte de mi ritual techie. Entro a Ajustes > Sistema > Teclado > Teclado en pantalla > Gboard > Preferencias y activo varias opciones que me hacen la vida más fácil:
- Fila de números – tener los números siempre visibles es clave para escribir rápido.
- Tecla de emoji – acceso directo a los emojis sin andar buscándolos.
- Pulsación larga para símbolos – dejo presionada una tecla y me aparecen los símbolos, sin cambiar de pantalla.
- Ventana emergente al pulsar – aparece el carácter que toqué, ideal para evitar errores.
- Mostrar icono de app – me gusta tener acceso rápido a la app desde el menú.
- Sonido y volumen al pulsar – soy de los que aman el clic al escribir, así que lo dejo con el volumen al 100%.
Con esta configuración, escribir en mi Pixel es rápido, cómodo y preciso. En cambio, en el iPhone me resulta más incómodo. Hay que tocar un botón solo para ver los números y otro más para algunos símbolos como el +, el # o el =. Una pérdida de tiempo.
Ahora bien, no todos piensan igual. Hay usuarios que dicen que cometen menos errores con el teclado de iOS. Uno en Reddit escribió que con el de Google siempre presiona la tecla equivocada, pero en iPhone le va mejor.
Pero también hay quienes opinan lo contrario. Uno dijo: “Pasé de iOS a Pixel y el Gboard es mil veces mejor”. Otro comentó: “El teclado de iPhone me corrige mal, me cambia palabras y me hace escribir peor”. Incluso hubo quien dijo que se cambió al Pixel solo por el teclado.
Si ninguna opción te convence, existe SwiftKey, una app que muchos recomiendan en ambas plataformas. Yo lo probé, pero siempre termino volviendo al Gboard.
Dato curioso: mucha gente no sabe que Gboard ya trae funciones como espacio automático después de los signos o capitalización automática. Solo hay que activarlas. Abre el teclado, toca el engranaje, ve a Corrección de texto y activa Espacio después de puntuación y Mayúscula automática.
Antes de cambiar de teclado, dale una segunda oportunidad al Gboard. A lo mejor solo te falta activarle el verdadero potencial.